REY LEAR: El drama del trotskismo y la esperada herencia peronista

La muerte del Papa, en cuyos obituarios se han destacado –como suele suceder con muchas figuras relevantes del campo burgués– elementos «progresistas» y elementos «reaccionarios», no nos aporta ninguna novedad decisiva para el análisis. Sólo en los cuentos infantiles los personajes pueden ser plenamente malos o buenos. En la vida real, ningún proyecto destinado al beneficio de una minoría (como son los burgueses) podría ser hegemónico (es decir, relevante) sin entregar concesiones menores que van desde algunos bienes materiales, cuando es tiempo de vacas gordas, hasta ciertas satisfacciones simbólicas (como la pertenencia comunitaria) en los peores momentos.

Por eso lo único que tenemos para decir sobre la muerte del Papa es que la política burguesa debe ser analizada en el marco de su competencia permanente y su diferenciación interna: constantes realineamientos cuya incoherencia aparente apenas encubre su profunda lealtad al sistema capitalista. En otras palabras, un «plan platita» es tan burgués como un «protocolo antipiquetes». La propia burguesía sanciona con su adhesión al que considera mejor en cada momento (de hecho, Cristina Fernández propuso en el Congreso un protocolo antipiquetes en 2014, durante su presidencia). Ver esta oscilación como «panquequeada» ideológica es no entender (o negar) las leyes que rigen el movimiento de la sociedad capitalista.

Por eso «independencia de clase» no significa ignorar o despreciar las diferencias internas de la burguesía, sino todo lo contrario: en tanto rechazamos aliarnos con sus intereses, necesitamos conocerlos, estimar con precisión sus contradicciones e intentar explotarlas. Y, en la misma medida, debemos impedir que eso conmueva la profunda, antagónica e irreconciliable, diferencia entre explotadores y explotados.

No se pueden juntar ni el 1° de mayo

Durante la semana que acaba de terminar se produjeron dos hechos que exponen la distancia insalvable entre cierto maniqueísmo sonso, espantado ante una presunta «crueldad» de la burguesía de «derecha», y el marxismo, que intenta construir una expresión política de la clase obrera independizada de los burgueses. Nos referimos a la coincidencia entre (a) las respuestas dispares de cada agrupación del FITU ante el 1° de Mayo y (b) la movida conjunta del FITU en el Congreso para fortalecer el poder institucional del peronismo. Destacamos que este último hecho retumba silenciosamente en las prensas del FITU, que se han convertido en artefactos extraños, con dos caras incomunicadas entre sí: el boletín sindical y el paper filosófico-sociológico.

La izquierda argentina, hegemonizada por el trotskismo, unida en listas electorales y desunida para toda otra intervención, ha dado un paso más a favor de convertirse en un destacamento que «combate a la ultraderecha y el fascismo». Lo cual, en los hechos, no es otra cosa que un salvavidas para el peronismo en crisis.

Llama la atención esta facilidad de los partidos trotskistas para fraguar encuentros con las fuerzas burguesas, si la comparamos con la profunda e incesante discordia entre ellos. Comencemos por el 1° de Mayo. Izquierda Socialista no hace acto pero manifiesta una serie de exigencias:

Este año nos encuentra ante un 1° de Mayo, día internacional de lucha de la clase trabajadora mundial, en una gran pulseada contra el gobierno ultraderechista de Milei y su plan motosierra -que también aplican los gobernadores-, apoyado por Donald Trump y el FMI. Ese día habrá movilizaciones en todo el mundo.

La CGT ha convocado a una marcha el miércoles 30 de abril. Lo hizo después de estar obligada a marchar el pasado 9 de abril en apoyo a las y los jubilados y esencialmente a convocar al paro general exitoso del 10 de abril, luego de haber mantenido una tregua por casi un año con el gobierno, lo que le permitió a Milei avanzar con su motosierra siniestra. Pero sabemos bien que con una marcha no alcanza para avanzar en la pelea por derrotarlo. Por eso hace falta un nuevo paro de 36 horas y un plan de lucha nacional. Esto es lo que vamos a ir a reclamar el 30 con el sindicalismo combativo y el Frente de Izquierda, participando de la marcha con una columna independiente, además de ir a repudiar el pacto Milei-FMI y postular el no pago de la deuda externa.

Participar de manera unitaria el 30 es un paso muy positivo. Sin embargo, esa unidad no se va a concretar en un acto común del Frente de Izquierda en este 1° de Mayo. Tampoco se pudo consensuar la variante propuesta por Izquierda Socialista, de que el acto del Frente de Izquierda se hiciera el miércoles 30 después de la marcha de la CGT.

La responsabilidad de esta situación es en primer lugar del PTS, que ya había decidido hacer un “encuentro” propio el 1° de Mayo, obstaculizando de arranque la posibilidad de concretarlo ese día. El MST también informó que en esos días tenía una actividad partidaria propia. Con estas posiciones cerradas, la posibilidad de un acto del FIT-U el 1° de Mayo se frustró. Lo mismo ocurrió con la otra posibilidad, de hacer el acto el 30 como propusimos desde Izquierda Socialista, en este caso por la posición del Partido Obrero, que lo condicionó a que también se hiciera el acto el día jueves 1° de Mayo, partido que finalmente terminó convocando a un acto propio el 1 de Mayo.

Desde Izquierda Socialista sostuvimos, para salvar el acto del FITU, que este año era preferible hacer el acto el 30 después de la marcha, aclarando también que estábamos dispuestos a hacerlo el 1° de Mayo si se llegaba a un acuerdo. Considerando que es muy importante que la voz de la izquierda revolucionaria se exprese en un día tan importante como lo vinimos haciendo en todos estos años. Lamentablemente no fuimos escuchados.

Es un gran error que no exista un acto del FIT-U reivindicando el 1° de Mayo, en el día que hubiésemos acordado. Es el esfuerzo que se tendría que haber hecho y no se hizo por culpa de PTS, PO y MST. Lo marcamos porque hay miles de simpatizantes del FITU que esperan que se esté a la altura de las circunstancias, con políticas unitarias y no divisionistas, para que el FITU aparezca como lo que es, la mayor unidad de la izquierda conquistada en más de una década.

Ante esta situación, desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad llamamos a marchar unitariamente el 30 exigiendo las 36 horas y plan de lucha. Y el jueves 1° de Mayo impulsaremos distintas iniciativas políticas en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, con recorridas por distintos barrios, mesas de difusión, locros, peñas, charlas. Y en las provincias participando de distintas iniciativas unitarias. Diciendo Basta de Milei y FMI. El peronismo no va más. Vamos con el Frente de Izquierda, en las calles y en las elecciones por más diputadas y diputados. Por una salida obrera y socialista. En apoyo al heroico pueblo palestino y a las luchas en el mundo contra este capitalismo imperialista de Trump y todos los gobiernos. Invitamos a que nos acompañen para seguir fortaleciendo al Frente de Izquierda Unidad con política unitarias.1

Citamos extensamente al ala más peronista del FITU para comprobar que son más abundantes las críticas a sus socios electorales (con quienes comparten programa, estrategia y tradición política) que a la burocracia sindical peronista.

El PTS convocó a un encuentro partidario en Ferro, anunciando «saludos» de Bregman y Del caño quienes, ya totalmente comprometidos con el estrellato mediático (como quien «hace presencia» en algún boliche o ceremonia de premios), ni siquiera prometen que darán un discurso: apenas saludarán. Se trata de una convocatoria que, en 2.570 palabras, una sola vez menciona el socialismo. Ni para los días de conmemoración…

1° de Mayo. Cinco buenos motivos para que no te pierdas el Encuentro en Ferro.

¿Por qué es importante encontrarnos para discutir y resolver cómo crecen las agrupaciones combativas en los gremios y centros de estudiantes? ¿Cómo tenemos más fuerzas para recuperar nuestras organizaciones y fortalecer una salida de izquierda que derrote a Milei y el FMI? Alerta Spoiler: el PJ y la CGT no lo van a hacer. Apertura a cargo de Alejandro Vilca, Luca Bonfante y referentes de las agrupaciones. Cierre con los saludos de Myriam Bregman y Nicolás del Caño.

1. Porque no podemos esperar nada de la CGT y la CTA: tomemos la resistencia contra Milei y el FMI en nuestras manos. ¿Viste la última de la CGT? Después de un paro contundente, no dijo una palabra del pacto con el FMI y convocó para este 30 de abril un acto y un encuentro con los gobernadores del PJ. Esos que te ajustan para gastarse todo en la campaña electoral. Que te hablaron del peligro de la derecha en 2023 y se borraron en 2024 y 2025. Si esperás que defiendan tu salario, tu puesto de trabajo, que le paren la mano a los empresarios y a Milei, esperá sentado. No va a pasar. […] Tenemos que activar. Organizarnos. Salir a las calles. Como hicieron las jubiladas y jubilados. Debatir en nuestros gremios. Mostrar que hay otra salida. Que los que estamos en las calles, lo que queremos resistir, somos más. Que si los sectores combativos nos hacemos más fuertes, podemos pelear por otra salida: que la crisis la paguen los de arriba. Por eso queremos que este 1° de Mayo sea un grito de lucha y de no resignación. En el Encuentro vamos a discutir cómo hacer para que crezca la resistencia, con el protagonismo de las agrupaciones de trabajadorxs, estudiantes y jubiladxs, y con nuevas propuestas para unir y coordinar al sindicalismo de izquierda y combativo, las organizaciones sociales y los movimientos de lucha.

2. Porque necesitamos agrupaciones combativas con fuerza para pelear nuestros derechos y recuperar sindicatos y centros de estudiantes. La burocracia sindical está desprestigiada. Hace 30 años están atornillados en sus sillones, cobran como un gerente, te entregan. Pero la derecha quiere usar esa vergüenza para liquidar nuestras organizaciones. Desde la izquierda, los sectores clasistas, hace años estamos construyendo una alternativa. Tenemos agrupaciones en decenas de gremios y fuimos protagonistas de las principales luchas de los últimos años. Pero falta. Para poder cambiar esta realidad necesitamos mucho más fuerzas. Contra ese sindicalismo que milita la entrega y la resignación, necesitamos nuestras propias agrupaciones militantes: […]. Recuperar las comisiones internas y cuerpos de delegados es parte de esa pelea, igual que el lema del Encuentro: «sindicatos y centros de estudiantes combativos, sin burócratas».

3. Porque en las comisiones podremos debatir desde abajo los grandes problemas que nos unen y darle salida. Construir agrupaciones combativas también quiere decir tomar otro camino al del sindicalismo verticalista y burocrático. Por eso vamos a hacer un encuentro de debate e intercambio desde abajo. Tras la apertura con las propuestas que harán distintos referentes de las luchas de hoy, vamos a hacer comisiones donde puedas hablar y escuchar, pero además tomar resoluciones sobre muchos temas. […] ¿Tenés propuestas? Traelas.

4. Porque acá nadie se salva solo ni sola: obreros, estudiantes, jubiladxs, movimientos de lucha, unidos y sin fronteras. Si el discurso libertario nos quiere meter el individualismo reaccionario del sálvese quien pueda y la fe en un capitalismo decadente, el peronismo nos llama a resignarnos a su «mal menor». A confiar en sus Daer y Martínez o votar a los mismos que ya gobernaron y nos dejaron un país con millones de pobres, empresarios millonarios y corrupción, abriéndole el paso a la derecha. Contra esas ideas, en el Encuentro vamos a mostrar en concreto que el camino es otro: la unidad desde abajo de quienes no aceptamos vivir de las migajas que dejan caer los poderosos; la organización colectiva para cambiar la historia; la solidaridad de clase y popular contra toda opresión; la recuperación de nuestras organizaciones para ponerlas al servicio de nuestras luchas; la certeza de que hay una sola clase obrera y no tiene fronteras; la convicción de que somos quienes hacemos funcionar el mundo, podemos paralizarlo y transformarlo; la decisión de no vivir arrodillados y ser protagonistas de nuestros propios destinos. […]

5. Porque también tenemos una salida política: vení a escuchar a Bregman, Del Caño, Vilca, Luca y nuestros referentes. En la apertura del Encuentro, las comisiones y durante toda la tarde, no vamos a discutir solamente cómo recuperar el salario, terminar con los despidos o conseguir el 82% para los jubilados. Es lo primero, es cierto. Pero no alcanza. Porque las miserias que vivimos tienen raíz en los proyectos políticos que vienen gobernando hace años y ahora Milei quiere terminar de hundirnos. Las conducciones de la CGT y la CTA lo saben, por eso en medio de la tregua sindical lanzaron su apoyo a la campaña política de los candidatos del PJ. Por eso «su» 1° de Mayo será un acto con ellos. […] Porque nuestros diputados, diputadas y referentes son parte de la clase trabajadora y los movimientos de lucha, los ves todos los días en la calle pero también plantean siempre otra salida opuesta a la derecha y el peronismo. Una salida obrera y socialista. Para eso también queremos organizarnos en cada gremio, cada lugar de trabajo y estudio, cada barrio, con agrupaciones referenciadas en el Frente de Izquierda. Para poner en pie una fuerza social y política que lleve al poder a la clase trabajadora, la única que puede terminar con este sistema de explotación, guerra y miseria.2

Aunque escriben, al menos una vez, la palabra «socialismo», su sentido se evapora ante nuestro ojos cuando leemos que «ajustan para gastarse todo en la campaña electoral», ya que esto concuerda exactamente con el planteo de los liberales: la causa de los problemas económicos es el aparato estatal, no el sistema capitalista de apropiación privada y anarquía productiva guiadas por la acumulación individual. Pero le reconocemos al texto su mayor mérito: no lo que propone hacer sino la admisión de que habría que discutir muchas cosas. El problema es que el PTS propone discutir con la condición de que previamente se acepten sus propuestas.

El PO convocó un acto en Plaza de Mayo, el jueves 1° luego de marchar el miércoles 30 con la CGT:

El 1M se conmemora el Día Internacional de los trabajadores y el Partido Obrero – Frente de Izquierda realiza como todos los años un acto en la Plaza de Mayo desde las 14:30. En él hablaran los dirigentes y diputados Vanina Biasi, Gabriel Solano, Néstor Pitrola y Romina Del Plá. También subirán al escenario representantes de las luchas más importantes: jubilados, del sindicalismo combativo, de la juventud y el movimiento piquetero.

Gabriel Solano, diputado de la Ciudad de Buenos Aires dijo: «La importancia de un acto del Primero de Mayo este año es fundamental. Estamos frente a un gobierno criminal y cruel que está arrasando las condiciones de vida de las familias trabajadoras, los jubilados y el conjunto del pueblo. El nuevo pacto con el fondo demuestra el fracaso brutal de la política económica del gobierno de Milei y Caputo que decían ser el mejor de la historia.»

«Mientras la burocracia convoca a una marcha el día 30 sin ningún paro no es suficiente para combatir la entrega del país por parte del gobierno al capital financiero internacional. Participaremos en una columna independiente junto a los sindicatos combativos, organizaciones de derechos humanos y piqueteras y junto a los jubilados que se plantan cada miércoles.»

Vanina Biasi diputada nacional agregó: «Es una conquista histórica que los 1° de Mayo estemos en la Plaza de Mayo y este año sobran motivos para defender esa conquista. Vamos a darle continuidad a las luchas más importantes que han golpeado a este gobierno. Pero también vamos a decir en nuestro acto internacionalista que Milei no gobierna solo sino con el apoyo de todo el arco de la oposición patronal. Cómplices tanto de la motosierra como de la licuadora. Desde los diputados y senadores hasta la burocracia sindical que solamente aparece luego de una presión popular infranqueable que ejercieron las sucesivas movilizaciones de jubilados cruelmente reprimidas por Patricia Bullrich. Esperamos una gran tribuna independiente que nos permita profundizar la lucha contra el gobierno de Milei, Caputo, Bullrich y compañía».3

Como vemos, unos hacen un acto, otros un pseudo congreso y los otros, un acto un día antes, después de marchar con la burocracia. No hay manera de que se pongan de acuerdo. Salvo cuando hay que «luchar contra el fascismo», es decir, apoyar al peronismo para diferenciarlo de la «derecha cruel».

Pero sí se pueden juntar con el peronismo

Porque estas desavenencias no impidieron que los partidos trotskistas del FITU se pusieran de acuerdo para llevar a cabo una maniobra legislativa que le entregó un lugar extra al peronismo en la conformación de la Comisión Investigadora por el caso Libra$:

Con cambios de última hora fue configurado el número final de integrantes de la comisión investigadora, que tendrá 28 miembros. El bloque radical se dividió y perdió un lugar con «Liga del Interior», una escisión del mismo palo. Dos miembros de Unión por la Patria conformaron una nueva bancada llamada «Nacional y Popular» e hicieron interbloque con el Frente de Izquierda. […]

Emulando la estrategia del oficialismo, los radicales aliados al Gobierno conformaron un nuevo bloque de seis integrantes y lograron dos lugares en la comisión. Asimismo, dos integrantes de Unión por la Patria armaron su propia bancada e hicieron interbloque con el Frente de Izquierda para sumar un nuevo lugar. […]

En la vereda de enfrente, Unión por la Patria designó a Pablo Carro, Juan Marino, Rodolfo Tailhade, Itaí Hagman, Sabrina Selva y Carolina Gaillard. […]

El último cambio fue la salida estratégica de Mónica Macha y Julia Strada de Unión por la Patria para conformar una nueva bancada que confluyó con el Frente de Izquierda. De esa manera, la economista se sumó a la designación de Christian Castillo dentro de la comisión investigadora. […]

Así las cosas, fue la oposición más férrea la que optó por calcar esa estrategia: con un Frente de Izquierda de 4 integrantes por la salida de Mónica Schlotthauer, Mónica Macha y Julia Strada conformaron una nueva bancada, bajo el nombre Nacional y Popular, para confluir en el interbloque Frente de Izquierda – Unidad y recuperar ese lugar.4

Le entregaron un lugar de poder al peronismo en la rosca por la conformación de una comisión investigadora (en cuya convocatoria ya está pactado que en ningún caso citará a Milei). Así, el FITU diluye su independencia facilitando la campaña electoral de una fracción burguesa contra otra.

Si aquí el trotskismo se muestra encadenado a lo táctico e inmediato, dos meses atrás, en cambio, rechazó el proyecto de ley Ficha Limpia en base a argumentos abstractos y generales. El proyecto proponía adelantar la imposibilidad de presentarse a elecciones a candidatos condenados por delitos contra la administración pública, aunque el fallo no estuviera firme. El Frente de Izquierda lo rechazó porque, según sus argumentos publicados, habilitaba al Poder Judicial a efectuar proscripciones. (El Frente de Izquierda ya había actuado de manera similar en 2017, cuando defendió a Julio De Vido). No nos queda claro si para el FITU (a) la Corte Suprema –última y muy onerosa instancia de apelación– no formaría parte del Poder Judicial, si (b) piensa que el Poder Judicial es clasista pero únicamente en las instancias inferiores o si, sencillamente, (c) el FITU busca congraciarse con las bases peronistas que aún veneran a Cristina como líder inmaculada y juzgan toda la vida política en base al rudimentario «con ella o contra ella».

Un lustro atrás, en cambio, cuando era necesario aprobar una ley que permitiera las condiciones normales a nivel internacional para la fabricación y venta de vacunas, durante el gobierno de Alberto Fernández, el FITU se opuso a la ley y retrasó la llegada de vacunas. Lo hizo bajo el argumento de la soberanía nacional. Pero cuando –por decreto– el mismo Fernández dejó sin efecto los condicionantes de esa misma ley para permitir –tardíamente– el ingreso de las vacunas, los partidos trotskistas del Frente de Izquierda no hicieron la campaña que lógicamente se desprendía de su posición anterior: denunciar con igual altisonancia al «vendepatria» y «entreguista» de Alberto.

Por ponerlo en un esquema tripartito, se puede tener una bancada honestamente reformista y clasista, que vote de acuerdo con el contenido de las propuestas burguesas, si estima que eso puede acarrear alguna ventaja o mejora, aunque sea parcial, para los trabajadores. También se puede tener una bancada radicalmente opositora a toda propuesta burguesa, que utilice el Congreso como una caja de resonancia para las ideas socialistas, presentando siempre y en cada ocasión la versión de clase –la posición socialista– frente al problema que se esté debatiendo. O bien puede existir una tercera posición, como la del FITU: una bancada en el Congreso que contiene la respiración, espera a ver qué hace el peronismo y después elabora una justificación para hacerle el juego. Se trata de una estrategia que cabe en la fórmula: «Cada vez mas cerca, cada vez menos diferentes, para heredar el apoyo peronista cuando los trabajadores se den cuenta solos de que somos más honestos, más luchadores y más consecuentes».

Esto se hace notorio de muchas maneras. Por ejemplo, al denunciar el negacionismo libertario y callar ante el negacionismo peronista. Un episodio de estos días pone de manifiesto el compromiso del peronismo con el ocultamiento de la tortura, el asesinato y represión a los militantes obreros y populares durante el gobierno que, desde 1973 a 1976, sirvió de prólogo a la dictadura. Así lo relata la agencia periodística ANRED:

La polémica por el traspaso gratuito del Campo de Deportes de la ESMA al Club Atlético River Plate tiene un nuevo capítulo. El predio que fue cedido en 2023 por tiempo indeterminado a la institución social y deportiva millonaria no solo en el apodo, por la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), aparece en el centro de la escena de la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia una vez más. La noticia del hallazgo de un auto de los 70 enterrado en el lugar, eriza la piel. Es que son muchas las personas que todavía quieren saber qué pasó con sus familiares desaparecidos tras haber sido secuestrados y torturados en uno de los Centros de Detención Tortura y Extermino más grandes y el más emblemático del último genocidio: el predio de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Cada dato nuevo puede ser parte de alguna de esas historias inconclusas. Toda novedad genera ansiedad, angustia y esperanza; también frustración si luego queda en nada. Por eso, la prudencia y la precisión tienen que estar delante de todo. […]

Repasamos los datos que se saben. El descubrimiento de las partes del automóvil enterradas en la parcela A10 del Campo de deportes de la ESMA dataría de marzo de 2024. Al menos podemos asegurar que el 11 de ese mes el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), en su tercer informe sobre el predio presentado al juzgado interviniente, le dio la primera noticia… En 2023, un grupo importante de sobrevivientes se opusieron al traspaso del terreno desde la AABE a River; a pesar de eso, el predio quedó en manos de la institución deportiva de manera gratuita y por tiempo indeterminado.5

La palabra «polémica» al comienzo de la cita es una hipérbole. No hay polémica ni debate ni denuncia. De hecho, el FITU marchó este 24 de marzo junto con el peronismo. En otras palabras, los que cedieron gratuitamente y por tiempo indeterminado un campo de exterminio para transformarlo en un lugar de sano esparcimiento familiar, marcharon junto con el FITU, el EMVyJ y otros satélites de izquierda6. Por primera vez, en dos décadas, depusieron diferencias como las que acabamos de señalar y marcharon juntos bajo la bandera del olvido selectivo de las atrocidades peronistas (las ejecutadas en los años 70, las negadas en el pasado reciente y las cometidas en la actualidad).

Se trata de confusas, superficiales y absurdas definiciones políticas, lo sabemos. Y este es un punto central de nuestras diferencias programáticas pero, sobre todo, estratégicas.

Milei se diferencia, el FITU quiere parecerse

Todas las vertientes trotskistas comparten la apuesta por la transición política: un movimiento continuo de las tareas burguesas a las socialistas. Esto se pone de manifiesto, en la política cotidiana, mediante el esfuerzo (digamos que siempre infructuoso) por situarse fuera del campo burgués pero tan, tan, tan cerca como para que el pasaje, la transición, se vuelva de alguna manera imperceptible. Así, el deslizamiento desde un campo, «la derecha», hacia el otro, «el campo popular» identificado como «izquierda», ocurrirá sin traumas ni cataclismos. Como un fruto maduro que cae de la rama al suelo, como un animal que prefiere el pasto del terreno vecino7.

Por eso casi nadie se da cuenta de que el socialismo es otra cosa. Radicalmente distinta de un peronismo «honesto, luchador y consecuente». A tal punto nadie se da cuenta de eso, que en las últimas elecciones funcionó muy bien poner en una misma bolsa al peronismo con el socialismo y el comunismo: para un trabajador común, su experiencia los emparenta en sus acciones cotidianas.

Imagen del clip «Mandrilandia is over», que Milei compartió en redes el 24/04/2025.

No le costó mucho a Milei mostrar que comunistas, socialistas y peronistas (burocracia incluida) están muy cerca entre ellos, por los mismos hechos que venimos señalando. Hechos que en lugar de ser corregidos, se profundizan. Se trata, en el fondo, de una común apuesta trotskista por la espontaneidad gradual de la conciencia de clase (fundada en una concepción de los estados de conciencia que ignora las últimas décadas de investigación científica acerca de cómo funciona el cerebro humano), cuyos avances se producirían de manera infinitesimal, continua, casi sin darse cuenta8. De ahí la poca atención que el trotskismo le presta a la formación teórica coherente.

Si a los socialistas nos choca esta imagen, tendríamos que preguntarnos por qué a millones de trabajadores no.

Sin embargo, el «fenómeno Milei» pone de relieve lo contrario: la conciencia es conservadora hasta que, asediada por los crudos e incesantes embates de la realidad, rompe brutalmente con el ideario anterior. Giuliano Da Empoli ofrece esta explicación en boca de un personaje ficticio:

Todo va bien mientras estemos a gusto, trabajemos seguros, con una bonita familia, una casa de campo, vacaciones a la orilla del mar, una buena jubilación a la vista. Somos prudentes a la hora de elegir, no queremos correr riesgos. Elegimos lo que conocemos. Pero supongamos que las cosas empiezan a torcerse. La situación cambia, el tipo pierde su trabajo, pierde su casa, no ve claro su futuro. ¿Qué hace en ese momento? ¿Opta por la prudencia? En absoluto: ¡empieza a apostar como un loco! Prefiere el riesgo desconocido antes que mantener su actual situación. Es entonces cuando todo da un vuelco: el caos se vuelve más atractivo que el orden, al menos ofrece la posibilidad de algo nuevo, ¿no crees? Un giro inesperado… A partir de ahí, las cosas se vuelven interesantes. La revolución de 1917 y el nazismo empezaron así, si no me equivoco. Porque una mayoría de personas prefirió lanzarse hacia lo desconocido en vez de seguir viviendo como antes.9

Una de las virtudes de Milei fue delimitarse con claridad y de manera tajante (sin escatimar brutalidad) del resto de las fuerzas políticas, ubicándolas sin matices bajo la etiqueta de «casta», «socialismo» y «comunismo». En cambio, los cada vez más numerosos (y más pequeños) grupos trotskistas apuestan a mimetizarse con el peronismo, aferrados al único acuerdo que hay en el FITU (ir en la misma lista en las elecciones) y en permanente desacuerdo acerca de en cuáles aspectos parecerse al peronismo, en cuáles tomar distancia y en qué momento hacer lo primero o lo segundo.

En un país con décadas de degradación educativa, la delimitación socialista debe ser clara y tajante. No podemos esperar que millones de obreros sin herramientas conceptuales de interpretación y análisis sutiles adviertan por sí solos una diferencia radical que ni siquiera parece nítida para las organizaciones de izquierda comprometidas con el proyecto socialista.

El repertorio trotskista de la construcción de esta «diferencia sin ruptura» con la burguesía «progresista» es variado: la «columna independiente»; la consideración de que «el peronismo no es de derecha» sino que «le hace el juego a la derecha»; la denuncia del negacionismo libertario junto al silencio acerca de la Triple A y la impunidad de sus crímenes; la colaboración con una bancada burguesa gobernante contra una opositora (como hizo el FITU en pandemia, retrasando la llegada de las vacunas, cuando el peronismo era gobierno10); el rechazo a darle la mano a un representante de la burguesía (Bregman a Milei) y a la vez llamar «compañero» a otro representante de la misma clase explotadora (Bregman a Kicillof); la colaboración con una bancada burguesa opositora contra la gobernante (Ficha Limpia11); el voto a Massa (Izquierda Socialista) o el voto «contra Milei» cuando hay sólo dos candidatos (el balotaje 2023); y, en un nuevo paso hacia el abismo, la entrega de poder institucional al peronismo con los diputados de izquierda. Todo este repertorio se pone en práctica para lograr un imposible: heredar al peronismo.

Una tradición política convertida en dogma de fe

En la misma medida en que no podemos apoyar esas políticas, pensamos que tampoco sería correcto llamar a estos compañeros del FITU «traidores» o «cooptados». Tal vez algunos lo sean, aunque nos parece poco probable. Nuestro punto no es ése. Lo que nos interesa decir es que la explicación moral de ese repertorio de acciones es otra deficiencia política del trotskismo. Así como considera que los burgueses no obedecen a las fuerzas ciegas de la competencia y la acumulación, sino que son «crueles» y «vendepatria», así también considera que los compañeros no desaciertan ni se equivocan: son traidores. Esta moralización de la política le permite al FITU «dialogar» con burgueses que no propagan «discursos de odio» y le impide debatir diferencias con otros socialistas porque éstos son «traidores». Las caracterizaciones trotskistas apocalípticas, sin medias tintas, obligan a una doble exageración: toda diferencia en el campo burgués indica una crisis profunda y una alianza posible; toda diferencia en el campo del socialismo evidencia una traición irreconciliable. Esta retórica obtusa e impaciente proviene del desesperado Programa de Transición que Trotsky redactó en 1938 y que funda el dogma trotskista:

El capitalismo liberal, basado en la competencia y la libertad de comercio, ha quedado completamente relegado al pasado. El capitalismo monopolista que lo reemplazó, no sólo no redujo la anarquía del mercado sino que, por el contrario, le ha dado un carácter particularmente convulsivo.12

De ahí que se exageren las diferencias entre los capitalistas: si la competencia quedó «completamente relegada al pasado», entonces esas diferencias no pueden ser signo de intereses burgueses en competencia, sino de conspiraciones. Asimismo, se exageran las diferencias al interior del campo socialista y se las ubica en el terreno de la ética y la moral, jamás en un terreno epistemológico y político: no hay errores, hay traiciones. (No es extraño, pues, que el ejercicio de autocrítica sea concebido como un acto de contrición).

La orientación de las masas está determinada, por un lado, por las condiciones objetivas del capitalismo en descomposición, y por otro, por la política de traición de las viejas organizaciones obreras.13

Por eso, incluso cuando algún grupo coincide con nuestra apreciación sobre aquel hecho, se lo adjudica a una defección moral y no a lo que es: una política que se deriva lógicamente de una tradición, o sea, de una costumbre, de un hábito político. Un ejemplo de esto es el Nuevo PST, que publicó esta caracterización:

Ese proceso de ruptura y alejamiento de los viejos partidos y direcciones es el proceso de revolución política, fundamental para que surjan nuevas direcciones. Es un proceso mundial que en nuestro país se desarrolla terminando con el peronismo. Pero los dirigentes del FITU se mueven a contramano del proceso de los trabajadores, y el pueblo: Mientras millones se alejan del peronismo, los dirigentes del FITU se integran cada vez mas al viejo partido, y profundizan los acuerdos con sus dirigentes.

Los acuerdos de los dirigentes del FITU con los dirigentes del PJ que han dado lugar a el interbloque «Frente de Izquierda- Nacional y Popular» ponen de relieve que estos grupos son socialdemócratas, y mienten cuando dicen que son «trotskistas» o «marxistas». El camino para construir una organización revolucionaria es el del trotskismo ortodoxo, volviendo a los principios del marxismo. Quienes conformamos el Nuevo PST comenzamos el proceso necesario de reagrupamiento de los revolucionarios, un proceso ineludible para darle una salida revolucionaria a nuestro país, dándole la espalda a esta izquierda en crisis, traidora, en franco y abierto proceso de descomposición.14

La última frase parece bíblica, profética. Otro ejemplo es Política Obrera, que ve «farsantes», «capitulación estratégica» y «degeneración política» donde hay un curso de acción orientado rígidamente desde hace décadas (un curso de acción que Política Obrera también adoptó y, como es de público conocimiento, sufrió en carne propia). En la nota del 30 de abril, Política Obrera declara que el llamado (explícito o implícito) a votar por Sergio Massa en 2023 es reprochable no porque se llamó a votar a un partido burgués, sino porque se llamó a votar a un «exsocio de Macri, hombre de la AmCham y admirador de la “tolerancia cero” del trumpista Rudolph Giuliani». El hábito de caracterizar personas y gestos en vez de clarificar programas políticos e intereses de clase es perfectamente coherente con la moralización que venimos señalando. Y difumina el sentido conceptual, claro y tajante, de la explotación de una clase por otra en una caravana de anécdotas atribuidas a un individuo con nombre y apellido. Otra prueba de esto es que, en poco más de mil palabras, Política Obrera no escribe «socialismo» ni «burguesía».

De esta manera, quienes no se inclinan ante el Verdadero Partido del proletariado (un partido que desde hace 90 años puede darse el lujo de no tener incidencia alguna en la clase trabajadora, pues lo define su programa trotskista inconmovible ante las protestas de la experiencia) serán probablemente sentenciados por «traidores».

Así podemos explicarnos la única disputa real existente al interior del propio trotskismo: una querella escolástica acerca de la interpretación correcta de los textos canónicos.

Un equívoco en la base del dogma

Todo esto encierra un extraño malentendido. Durante medio siglo, el trotskismo atravesó en Argentina las penurias de su marginalidad, hasta los años 90, como el agrupamiento de izquierda más independiente que había sobrevivido. Menos diezmado que la guerrilla guevarista y sin haberse integrado en el peronismo (como el estalinismo o el maoísmo), el Muro de Berlín funcionó como un telón que, al caer, descubrió al trotskismo bien preparado para la marginalidad. Si las grandes corrientes políticas marxistas asociadas a un Estado (como el maoísmo, el castrismo-guevarismo o el estalinismo) lo habían condenado a esa marginalidad durante 50 años, el trotskismo pudo presentarse como la corriente política mejor preparada para el nuevo estatus marginal del socialismo. Sólido organizativamente, resistió en Argentina el vendaval autonomista post 2001, del que rápidamente recogió los restos que no habían sido deglutidos por el peronismo.

El problema es que esta capacidad de supervivencia que la historia legó a las actuales fuerzas del FITU (un mínimo pero eficaz aparato y algunos centenares de cuadros) fue interpretada como prueba de un acierto en el que había que perseverar. Sin embargo –he aquí el malentendido–, se trató apenas de un éxito coyuntural, efímero como el acierto de un reloj detenido, roto, en el instante de la coincidencia horaria.

Semejante malentendido propició (en las posteriores crisis del trotskismo por estancamiento político y organizativo) que se recurriera al mismo viejo arsenal de justificaciones y pretextos: traición y revisionismo. En otras palabras, el trotskismo no posee más que una sola explicación para sus fracasos: Stalin. O algún stalincito. Es decir, una respuesta paranoica que pone la causa de los problemas afuera de la propia tradición trotskista. Nadie se equivoca. Todos son traidores en acto o en potencia. Hay que evitar el debate porque, en toda diferencia explícita (o sospechada), se asoma un piolet.

2,7%

Si consideramos que ser los mismos marginales todo el tiempo merece remedio, lo que está sucediendo en la izquierda clasista no se puede remediar haciendo lo mismo «pero bien», haciendo lo mismo «pero más honestamente», haciendo lo mismo «pero con otros dirigentes», haciendo lo mismo «pero con más lucha en las calles», haciendo lo mismo «pero con mayor fidelidad» a los textos sagrados. Tres décadas de esa estrategia han grabado a fuego un número: 2,7%. El promedio electoral inalterable del FITU. Sea que la realidad presente un sólido liderazgo burgués (CFK 2011), sea la emergencia polarizadora de otro liderazgo burgués (Macri 2015), sea que se manifieste un repudio generalizado de millones de trabajadores a los políticos conocidos (Milei 2023), sea un clima de apatía con profundización de ese repudio (2025), el FITU obtiene 2,7%. Un promedio que, por debajo, se va escorando hacia una mayor colaboración con el peronismo. Tan lenta, suave y minimalista como sostenida.

Por esta situación es que no pudimos celebrar nuestro 1° de mayo en las calles, con un gran acto independiente y pletórico de diferencias. Con muchas expresiones socialistas en debate pero sin patrones. Diversas corrientes en tensión, todas repudiando a la burguesía en su conjunto, a todos los burgueses. No lo hicimos. Porque a la mayoría de la izquierda argentina, hegemonizada por el trotskismo, le resulta más fácil organizar la coincidencia con el peronismo que entre sus distintos grupos y partidos.

Quizá el año que viene logremos ser más. Los suficientes como para convocar o coordinar con otros grupos la organización de un acto sin burgueses ni burócratas, abierto a la unidad socialista. Un acto que, por ser socialista, no deje lugar a dudas acerca de su oposición frontal a la explotación capitalista, a los burgueses y burócratas que la garantizan.

Hoy, todavía, no es posible. Esperamos avanzar hacia allí.

NOTAS:

1 «1° de Mayo / ¿Por qué no habrá acto del Frente de Izquierda?», publicada el 27 de abril de 2025.

2 «1° de Mayo. Cinco buenos motivos para que no te pierdas el Encuentro en Ferro», publicada el 29 de abril de 2025.

3 «El Partido Obrero convoca a la Plaza de Mayo a un acto del 1 de Mayo por el Día Internacional de los trabajadores», publicada el 26 de abril de 2025.

4 «Con nuevos interbloques, fueron designados los integrantes de la comisión investigadora del caso $Libra», publicada en Parlamentario el 11 de abril de 2025.

5 Fernando Tebele, «Todos los detalles del auto de los 70′ enterrado en el predio de la ESMA que le dieron a River Plate», publicada en ANRED el 29 de abril de 2025.

6 Denunciamos el negacionismo peronista en a) «¡Abran los archivos!»; b) «24 de marzo, de memoria y de lucha», c) «La ESMA y el negacionismo peronista».

7 Sobre la genealogía de esa identificación «la izquierda» = «campo popular» y la diferencia con el marxismo escribimos «EL CAMPO DE LOS SUEÑOS: Por qué la unidad del «campo popular» es contraria a la unidad de la clase trabajadora».

8 Abordamos este problema en la charla «La conciencia no se arrastra, salta».

9 Giliano Da Empoli, El mago del Kremlin, trad. Adolfo García Ortega, Barcelona, Planeta, 2023, p. 258. Sobre el problema de la conciencia publicamos: a) «El error de Descartes»; b) «¿Cómo se supone que el arte sería un factor de cambio»; c) «Pantallas y degradación social». También subimos a YouTube una serie de charlas y debates sobre este problema.

10 Sobre este punto escribimos «Inmunidad para los laboratorios: ¿soberanía o capitalismo?».

11 Ver «Otra oportunidad perdida».

12 León Trotsky, El Programa de Transición y la fundación de la IV Internacional, Rossana Cortez, Ediciones IPS-CEIP, Buenos Aires, 2008, p. 75. La crítica más clara y profunda que conocemos es la de Rolando Astarita, quien fue militante del MAS y cofundador del PTS: Crítica del Programa de Transición.

13 Trotsky, El Programa de Transición…, edición citada, p. 68.

14 «El FITU se integra al peronismo en el Congreso», publicada el 30 de abril de 2025.

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