Rómulo y Remo, Pedro Pablo Rubens (1615-1616).

No me defiendas, por favor

Sobre la respuesta de Eduardo Grüner a Jorge Alemán.

En enero Alemán escribió en Página 12, un ataque al FIT. Eduardo Grüner le respondió desde la revista Topía. Lamentablemente, Grüner responde desde la perspectiva más favorable a la burguesía. En principio porque lo hace desde el individualismo: “Lo hago en mi propio nombre, como hombre –o individuo, si se quiere decirlo así- de izquierda que, sin pertenencia orgánica a ningún partido, ha apoyado al FIT. A esto sigue un tono tan amable que no escandaliza cuando llega a decir que “grosso modo estamos del mismo lado.

Esto no es extraño ya que el mismo Grüner remarca su “genuino aprecio personaly agradece las invitaciones recibidas para concurrir a España, mientras Alemán era agregado cultural de la embajada junto a otros intelectuales kirchneristas. Relaciones que no son más que la continuidad de la presencia de Grüner en la Carta Abierta fundacional del grupo kirchnerista que se hizo famoso con ese nombre.

Aún desde una perspectiva tan dubitativa (la organización es necesaria pero actúo a título individual, hay una frontera anticapitalista pero estamos del mismo lado con el peronismo, me sitúo en la ortodoxia anticapitalista pero también en “los modos contemporáneos de emancipación”, como reza la primera Carta abierta en la que estampó su firma), Grüner no puede dejar de mencionar “la sorprendente arrogancia, (con que Alemán) nos indica a los “izquierdistas”, en pocos renglones, lo que debemos leer, pensar y hacer para interpretar y transformar el mundo.”

Frente a la arrogancia ofensiva del intelectual burgués, Grüner responde explicándose en lugar de reclamar explicaciones. Leyendo la respuesta parece que el principal problema fuera la arrogancia y no el papel objetivamente (sin comillas) pro-burgués de la actividad política de Alemán. Leyendo la respuesta parecerá que realmente existe algo como los “modos contemporáneos de emancipación”.

Las complicidades y lazos de familia entre intelectuales suelen ser el caldo de cultivo de estas polémicas amables, defensivas, a medias. Hay muchas formas sutiles de resignar la independencia de clase. Una de ellas es aceptar una supuesta obligación de los explotados de dar cuenta de todo, de demostrar su superioridad moral, intelectual, a sus verdugos, quienes se creen con derecho a actuar como juez de las pretensiones de los dominados. Cuando en realidad es a quienes conducen este mundo de penurias y horrores a quienes siempre y cada vez hay que pedirles explicaciones, con el sólo objetivo de desnudar que no tienen ninguna explicación, ni solución posible. Claro, difícilmente pueda hacerlo quien se considera del mismo lado que gente como Jorge Alemán.

(Publicado originalmente en El Aromo N° 95, marzo de 2017)

Imagen principal: Rómulo y Remo (1614), Peter Paul Rubens.

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