Sencillito #70: NOTICIAS DEPORTIVAS (Un sistema sin excepciones)

Un equipo chico recién ascendido a La Liga EA Sports de España (EA Sports, La Liga antes llamada BBVA, es la división videojuegos de deportes de la empresa estadounidense Electronics Arts) derrotó por 4 a 2 al poderoso Barcelona. Fue el sábado 4 de mayo y por eso el Barcelona fue desplazado del segundo lugar, quedando fuera de la posibilidad de luchar por el campeonato. Y por eso el equipo chico se aseguró la participación, para la temporada 2024/25, en la millonaria Champions League. ¿Cuál es ese equipo chico?

Se trata del Girona, un club con un estadio para 13 mil espectadores, cuya historia registra un paso por la primera división española en 2017/19 y un segundo ascenso en la temporada 2021/22. En su segundo año en la categoría ha conseguido, jugando buen fútbol, pelear la cima del torneo durante casi toda la temporada y meterle 8 goles, ganándole los dos encuentros, al Barcelona (aunque recibió 7 en las dos derrotas con el campeón: el Real Madrid).

Puede parecer la historia de David y Goliat. Pero resulta que el «modesto» club de provincias se transformó en una Sociedad Anónima Deportiva (SAD) desde el año 1992, obligado por sus deudas. Y el 47% del paquete accionario está en manos del City Football Group Limited (CFG), un grupo inversor en clubes de fútbol cuyo 72% de las acciones está en manos de Abu Dhabi United Group.

El CFG también tiene participación minoritaria de capitales chinos y estadounidenses. Uno de sus impulsores es el ex directivo del Barcelona, Ferrán Soriano, que lo impulsó cuando fue contratado en 2012 por el Manchester City y construyó el emporio futbolístico de color celeste y marca City: Manchester City FC, Melbourne City, Montevideo City Torque, Troyes AC (todos con el 100% del paquete accionario), Lommel SK (99%), Esporte Club Bahía (90%), New York City FC y Palermo (80%), Mumbai City FC (65%), Girona FC (47%), Sichuan Jiuniu FC (29,7%) y Yokohama F. Marinos (20%).

El Barcelona es un club, no una sociedad anónima, y se encuentra pasando un período de malos resultados deportivos, acotado tras sus excesos financieros pretéritos para sostener el brillante equipo que giraba alrededor de Messi, en un continente en el que esas tramoyas se pagan con quitas de puntos reales y descensos (como lo exponen los casos del Everton y el Nothingham Forest en Inglaterra, o de la Juventus en Italia). Junto con el Real Madrid (y el Osasuna), el Barcelona es de los pocos clubes que mantiene esa condición desde que los desfalcos y deudas en que los dirigentes burgueses habían metido a los clubes españoles llevaron a su transformación en SAD1. No fue una elección, como lo demuestra la permanencia en calidad de clubes de los grandes monstruos económicos, sino el resultado de las gestiones que los hicieron insostenibles.

El antifascismo sionista y la alegría de Videla

El domingo 12 de mayo, ganándole 3 a 1 al Osnabruck, el FC San Pauli ascendió, luego de casi 15 años, a la Bundesliga. El San Pauli es un equipo idolatrado por el progresismo a causa de las posturas públicas de su hinchada. Pero resulta que esta hinchada ahora llevó a sus gradas banderas de apoyo a Israel que, para colmo, pronto podrá exhibir ante una audiencia mayor, ya que jugará en una de las 5 ligas mas populares del mundo. Allí deberá enfrentar al Rasen Ball Leipzig, el equipo asociado a Red Bull (como el Red Bull Salzsurgo, el Red Bull Bragantino de Brasil y el New York Red Bull). Equipo al que repudian otros clubes que aducen no estar bancados por empresas como el BAYER de Leverkusen, el actual campeón. Es esperable que el Leipzig, que desde que ascendió a la Bundesliga no deja de clasificar a la Champions, le dé una lección de futbol.

Otro estandarte idolatrado por el progresismo que asocia izquierda con estilos de juego falleció esa semana: César Luis Menotti, repetidor de la frase «Se juega como se vive». Frase que haría esperable que la gente que vive mal en las favelas brasileñas jugara horriblemente, y no como Ronaldinho, Garrincha o Pelé. Los obituarios dedicados a Menotti se vieron obligados a explicar que, en este caso, haber logrado un éxito deportivo mundial y resonante durante una dictadura no fortaleció al régimen (algo con lo que coincidimos), sin dejar de afirmar al mismo tiempo que el deporte incide en la política (algo que, hasta ahora, nadie ha podido demostrar)2.

SAD: después de 30 años de alarma, encontraron a uno que las apoya

Más cerca en el tiempo, un ignoto club (uno de los varios miles que revistan asociados directa o indirectamente a la AFA) se pronunció en una asamblea de socios a favor de recibir inversiones privadas.

Dada la envergadura del club, el pronunciamiento es análogo a que quienes escribimos estas líneas nos declaremos a favor de ser convocados por Scaloni para jugar la Copa América.

Y es que no vemos qué razón podría empujar a los inversores a poner plata en un club cuya popularidad se debe a ese exabrupto. Los inversores ya ponen plata, de hecho, en los grandes clubes, que son una gigantesca pantalla publicitaria: el estadio de River lleva el nombre de una empresa (MAS) y el torneo de fútbol lleva el nombre de otra (Liga de Futbol Profesional Betano).

Sin embargo, el pronunciamiento nos interesa porque tiene dos lecturas posibles. Una, la de la escandalizada reacción del progresismo, que pone el grito en el cielo ante un avance más en la privatización del fútbol profesional. La otra interpretación, más adecuada a nuestras reflexiones sobre el tema, señala que si todo lo que ha logrado la avanzada privatizadora es que el Centro de Fomento José Herández de La Plata apruebe las SAD en una asamblea de socios, entonces debe ser que no hay burgueses de peso (los de los grandes clubes) queriendo arriesgar su patrimonio en la compra de un club. ¿Para qué si ya pueden gestionarlo, usarlo y fundirlo sin poner plata propia? Y, encima, pueden hacer carrera política de esta manera, como Macri o Lamens. Y luego salir indemnes, como Tinelli o Moyano. Y tener barras bravas adictas, como Barrionuevo.

El silencio del conjunto y la ausencia de proyectos reales con peso político en todos estos años es mucho más elocuente que la declaración de una aislada entidad de una liga menor, muy menor.

Desigualdad en el juego más igualitario

Finalmente, el Bayer Leverkusen obtuvo el campeonato de Alemania luego de once torneos consecutivos del Bayern de Munich; el PSG obtuvo el título de Francia (el décimo en los últimos 12 torneos); el Real Madrid ganó en España (entre el Real, el Barcelona y el Atlético se reparten los últimos 20 torneos) y el Inter en Italia (de los últimos 23 sólo 1 no fue ganado por el trío de la Juventus, el Inter o el Milán, sino por el Nápoli el año pasado).

En los últimos 30 años, la liga inglesa repartió sus títulos entre el Manchester United, el City, el Liverpool, el Chelsea y el Arsenal, con dos «colados»: el Blackburn Rovers (hace 30 años) y el Leicester City (2015/16). Era la liga más pareja de las top, al punto que nunca un equipo había ganado la premier 4 veces seguidas. Pero este fin de semana el City puede concretarlo. Sería su séptimo título en ocho años. En cambio, en la NBA ningún equipo desde 1999/2002 logra ganar tres títulos consecutivos: los 21 campeonatos se reparten entre 11 equipos. Y no hay dobletes desde hace más de un lustro.

Uno de los inmensos atractivos del fútbol como espectáculo es su grado de injusticia, es decir, de imprevisibilidad. Los tantos son escasos porque se juega con la parte menos hábil del cuerpo, destinada además a la locomoción; la cancha es inmensa y los arcos, pequeños, están custodiados por un jugador que tiene licencias especiales (jugar con las manos) y por una ley que restringe el espacio para los atacantes pero no para los defensores: el orsai. En el básquet, en cambio, con espacios pequeños y muchos tantos, casi no hay margen para el accidente, el error o el detalle.

¿Cómo es posible, entonces, que sea más imprevisible el torneo de la NBA que las ligas top de futbol?

Es la economía.

Esto lo han comprendido los clubes, que se ordenan en prácticas comerciales con facilidad y profesionalismo. En su Memoria y balance del año 2022, el club River explicitaba haber comprendido la lógica de las redes, de aumento de la popularidad y posterior monetización de esa popularidad en forma de sponsors y sinergia publicitaria. El mismo espacio que ocupaba el recuerdo de algún crack o un deporte amateur, ahora lo ocupaba el desempeño en «las redes».

El Frente de Izquierda y los Trabajadores-Unidad (FITU) hace exactamente lo mismo. Lo cual nos provoca la sospecha de que los compañeros trotskistas que dirigen las organizaciones que conforman el frente no han comprendido del todo la función de las redes sociales en condiciones capitalistas3:

Las ligas deportivas ejercen un monopolio de gestión y unicidad deportiva: hay una por deporte profesional, por país. De manera que la competencia interior es, para las entidades más poderosas, como pescar en una pecera: crecen y depredan sin obstáculos. Eso tiene el efecto de aumentar la desigualdad sin límite, algo que es destructivo para un negocio basado en el espectáculo competitivo. EEUU lo resolvió con los drafts, los picks, los techos salariales y los impuestos. Así, cada franquicia –protegida de los competidores– tiene límites para aplastar a sus rivales, que también están protegidos.

En cambio, eso no sucede en Europa y el resto del mundo, lo que supone a mediano plazo la posibilidad opuesta: que se formen ligas nacionales o continentales paralelas. El 21 de diciembre pasado, por ejemplo, el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea falló a favor de la posibilidad de la creación de la Superliga de fútbol4 y de Icederby, una iniciativa coreana para organizar torneos de patinaje por fuera de la Federación Internacional de Patinaje (ISU), únicamente con los mejores patinadores del mundo.

El futuro de los deportes profesionales está mucho más ligado a esas controversias legales sobre el desarrollo del negocio que a las insignificancias jurídicas sobre las modalidades de la propiedad privada. De hecho, la Superliga de fútbol fue impulsada tanto por clubes como por sociedades anónimas.

Es el sistema, no el modo de satisfacción

Los esfuerzos por establecer alguna relación entre los estilos de juego y la vida extra deportiva, la preferencia por ciertos equipos fundada en el tipo de financiamiento (o fundada en el tamaño del club, o en las banderas que despliegan sus hinchas en la tribuna), no son otra cosa que tentativas desesperadas –y condenada de antemano al fracaso– para suplantar la política por cuestiones laterales y poco relevantes. No es lo mismo buscar un atajo en la realidad que crearlo en la fantasía: el primero existe, el segundo no.

En el capitalismo no hay áreas relevantes de la vida económica social excluidas de la lógica mercantil. Ni es posible construir espacios liberados de esa determinación dentro de este sistema. El fútbol, para los que nos gusta, es un espectáculo que se puede disfrutar por sí mismo. O no hacerlo. Lo mismo pasa con el vino, la música o el cine5. Si interrogamos lo suficiente, vemos que todos engordan a algún burgués: ¿por qué elegir a unos sobre otros? ¿Hay algo que haga mejores a algunos explotadores? Si no es así –y afirmamos que no lo es: no hay explotadores preferibles–, entonces no hay salidas laterales a la lucha política. No se puede combatir al capitalismo a través de una selección de consumos rebeldes. Así lo demuestra el primer presidente «liberal libertario» del mundo que, además, es el presidente más rockero del mundo. No le falta rock, como suele acusar Bregman. Fue la marca distintiva del león durante toda su campaña.

Como socialistas hemos sufrido duras derrotas. Pero eso no se resuelve combatiendo en un terreno imaginario o en el de las satisfacciones. Se encara reconstruyendo, sólidamente, el pensamiento socialista, la militancia organizada, la confianza en los compañeros y en la discusión argumentada.

NOTAS:

1Hablamos de esto con más detalle en «SAD, la amenaza fantasma: el negocio del fútbol, sus dirigentes y una falsa bandera», nota publicada el 23 de diciembre de 2023.

2Ver, por ejemplo, «¡Quiero ser campeón mundial!», publicada el 20 de diciembre de 2022. Y también «Mundial de Arabia: ¿Identidad y tradición? ¿O competencia mercantil?», publicada el 25 de noviembre de 2023.

3Hablamos del FITU en la nota «¿En qué andan los troscos? En lo de siempre». Y hablamos de la función de las redes en «Las redes sociales explicadas por sus dueños», del 28 de enero de 2023; «Clavar el visto: a relacionarnos como cosas no se aprende en la escuela», del 13 de mayo de 2023; «Redes y prostitución», del 18 de febrero de 2023; «Redes sociales de la soledad: salud mental, conectividad y aislamiento», del 17 de junio de 2023.

4Boris Miranda, «Superliga europea: en qué consiste y por qué ha causado un terremoto en el mundo del fútbol», nota publicada por BBC News el 19 de abril de 2021.

5Abordamos este problema en «El Conde: una película chilena y una metáfora universal». También en esta charla publicada en YouTube: «¿Es Mel Gibson más progre que Víctor Heredia? Metáfora, concepto y producción cultural».

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