LO QUE DEJÓ UN NUEVO 8M: ¿Por qué no adherimos al Documento acordado para el masivo acto del 8 de marzo?

Las feministas conocemos la importancia de organizarnos, movilizarnos y estar juntas. La historia de lucha del movimiento feminista, que es extensa y sacrificada, nos lo recuerda día a día. Los derechos conseguidos hasta aquí (desde el acceso al voto, hasta la reciente ILE) para y por nosotras (las mujeres), fueron posibles a través de ello. El sistema patriarcal que nos ubica a las mujeres en un lugar subordinado en relación a los varones, está vigente. Porque no hay letra progresista que borre la realidad material de los femicidios (que persisten, gobierno tras gobierno), de la pobreza abrumadoramente mayor en quienes somos mujeres, porque la violencia machista en todas sus manifestaciones permanece transversalmente en todo el tejido social.

¿Qué más podemos anhelar, entonces, las feministas, que una masiva movilización en la conmemoración del 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora? Si nuestros reclamos conservan mayor vigencia que nunca, la lucha es nuestro único camino.

Pero entonces: ¿cuál es nuestra lucha? ¿Cuál es la Agenda reivindicada, exigida, proclamada, en este masivo acto que se realizó en el Congreso, el último 8 de marzo?

¿Conocen, las compañeras que de buena fe y con la mejor intención asistieron a la concentración, cuál es el programa reivindicado? ¿Lo comparten? ¿Se han permitido, las compañeras, poner en cuestión esa proclama? ¿Tememos, las mujeres, abandonar lo que se autodenomina “lucha feminista”, si cuestionamos la orientación que hemenoniza al movimiento?

Algunas de estas cuestiones son las que trataremos de abordar en esta nota.

Las principales convocatorias

Jujuy

En Jujuy la Multisectorial de Mujeres y Disidencias (antes la Multisectorial de Mujeres) y la Asamblea Feminista y diferentes agrupaciones1 autodenominadas de “izquierda”, pero devenidas peronistas, convocaron a una marcha para el 8M. Las consignas fueron ¡Arriba los derechos, arriba los salarios!, ¡Abajo los tarifazos y el ajuste de Milei y Sadir!, ¡Que la CGT y las CTA convoque a paro nacional y plan de lucha!

Ninguna de las consignas hacían referencia a los problemas específicos de la mujer, que nos afectan por el hecho de serlo, como los femicidios, el sistema prostituyente, etc. En su artículo, La Izquierda Diario incluso habla de “contra el plan de guerra de Milei”, de una manera casi fantasiosa. Como si estuviésemos en guerra contra Milei y el gobernador de turno (Sadir) y no estuviésemos luchando contra un sistema que nos oprime desde hace siglos.

Lo positivo: la marcha tuvo una enorme convocatoria. ¿Pero tendrá que ver eso también con que finalmente muchas integrantes del autodenominado movimiento “feminista”, peronistas en su mayoría, despertaron de un largo letargo en el que estuvieron durante los gobiernos pasados?

La Municipalidad de Jujuy, aún peor, invita a las mujeres, a lo largo de marzo, a varias actividades como por ejemplo: ingreso gratis al jardín botánico municipal, clases de zumba, karate, boxeo, encuentro de emprendedoras. Es sorprendente, y a la vez indignante, que en esa extensa lista, lo único que realmente tiene que ver con problemáticas que sufrimos las mujeres (violencia de género y femicidios) sea la inauguración de un centro de asistencia de víctimas de violencia de género. Lo paradójico es que mientras se realizaba esta inauguración, el cadáver de una mujer presuntamente víctima de violencia hacia la mujer, flotaba en uno de los ríos más turísticos de la provincia (río Reyes)2. Por el momento, se determinó que fue suicidio, aunque todavia está siendo investigada.

Muy pocas mujeres marchamos independientes, llevando, sí, reclamos históricos que no deben faltar en ninguna marcha del 8M, como ser los femicidios.

En Jujuy, una provincia fronteriza, muchas mujeres ingresan al sistema prostituyente, y muchísimas de ellas son migrantes y por lo tanto extra vulnerables o incluso con estatus migratorio ilegal en el país (completamente desamparadas). Ser una mujer en Jujuy es estar bajo constante peligro.

CABA

Tras hacer campaña llamando a votar a Massa y promocionar los Encuentros “Plurinacionales de mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales, intersexuales y no binaries”, el colectivo Ni Una Menos lanzó una convocatoria para organizar la movilización del 8 de marzo, a través de asambleas “transfeministas”. Éstas se realizaron presencialmente en ATE CAPITAL; asistieron mujeres y varones peronistas, de partidos de izquierda, de asambleas barriales, entre otras. La asamblea se dividió en dos comisiones: una de organización, y otra para debatir el documento que se leería en el palco. La comisión de “Documento” era moderada por Georgina Orellano (Secretaria General Nacional de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina – AMMAR, asociación que suma al menos tres causas por proxenetismo), y contó con la presencia de varones (“autopercibidos” mujeres), al igual que el resto de la asamblea.

Por su parte, la cuenta oficial de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, publicó un comunicado que comienza así:

Este 8 de marzo, día internacional de las mujeres y disidencias sexo genéricas trabajadorxs, desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito, salimos a las calles de todo el país con el pañuelo verde bien arriba y con orgullo para reafirmar que la marea feminista y transfeminista sigue viva y en movimiento, defendiendo los históricos derechos conquistados.

Andrea D’Atri, en la cuenta de Pan y Rosas Argentina (PTS) habla de las mujeres y “los feminismos”, y no es posible encontrar (en ninguna de las publicaciones acerca de la convocatoria para el 8 de marzo) un sólo punto específico de la agenda feminista. El encabezado de los flyers y los textos convocantes refieren a asuntos como:

Si nos proponemos derrotar este plan criminal del gobierno y el FMI, necesitamos unir nuestros reclamos y exigir a las centrales sindicales y las dirigencias de los movimientos sociales que este 8/03 convoquen a un gran paro nacional con movilización, que sea un verdadero plan de lucha.

Y, sólo al final, enuncian “defendamos el aborto legal y todas nuestras conquistas”.

Las Rojas (NUEVO MÁS), en la nota de balance de la movilización del 8 de marzo, no puede escribir “mujeres”, si no está seguido de “diversidad”; como si las mujeres (mitad de la población, oprimidas históricamente) debiéramos matizar el hecho de contar con una jornada de lucha propia. No se mencionan tampoco, si quiera esbozados, los puntos de la agenda feminista por la cual luchar. Dicen:

Las 400 mil personas que movilizaron el viernes salieron para defender el aborto legal y todos los derechos de las mujeres y la diversidad. Pero más que nada, antes que nada, salieron a movilizar contra el gobierno de Milei. (…) Y el 8M se transformó en una comprensión política común: luchamos por todo y por todes.

Plenario de Trabajadoras (Partido Obrero) convocó a la jornada de lucha con las siguientes consignas: “Paro General y Plan de lucha. Basta de hambre y represión. Unidas y movilizadas defendemos el aborto legal”.

En la página de Isadora (“Agrupación feminista socialista en el Frente de Izquierda Unida”), se convoca al 8 de marzo con consignas como la siguiente:

Con la fuerza de las disidencias contra los antiderechos, quienes nos persiguen, invisibilizan y nos precarizan con sus planes de ajuste que recaen sobre nosotres. Seguimos luchando por la implementación del Cupo Laboral Travesti-Trans, defendemos la Ley de Identidad de Género y todavía nos seguimos preguntando DÓNDE ESTÁ TEHUEL.

El denominador común de estas convocatorias, tanto desde el peronismo como de los partidos integrantes del frente de izquierda, es la ausencia de la agenda específica del feminismo, y el borramiento de su sujeto político: las mujeres. Nos preguntamos entonces: ¿No es, el 8 de marzo, una jornada en la que ineludiblemente debemos detallar cuales son las conquistas específicas de las mujeres, que debemos defender? A su vez: ¿sólo luchamos para “defender las conquistas”? ¿no tenemos, las mujeres, un conjunto claro, definido y específico de exigencias no conquistadas? Si la respuesta es NO, si sólo se trata de defender lo ya conseguido, la lucha por la liberación de las mujeres y la denuncia de la vigencia del patriarcado, no tendría sentido.

El Documento acordado para este 8 de marzo

Tal como se celebra en el documento de la convocatoria en el Congreso (CABA), este 8 de marzo trajo consigo “la unidad del movimiento feminista”. Y es que, en lugar de dos movilizaciones, peronismo por un lado y el FITU y demás organizaciones de izquierda por el otro, este año se acordó una marcha y un documento en común, totalmente desdibujado de nuestras reivindicaciones como mujeres y sujeto político del feminismo y con un listado de consignas generales, mal escritas y donde todo debe quedar incluido. Festejan una unidad conseguida a costa de la agenda feminista.

Así, el “día internacional de la mujer trabajadora” se transforma en el

día de la huelga feminista internacional antipatriarcal, antifascista, antiracista, anticapacitista, anticolonial, anticapitalista, anticlerical, anticisexista, antiespecista, antibiologicista, plurinacional de mujeres cis, lesbianas, bisexuales, travestis, trans, no binaries e intersex.

Un sinfín de categorías que, además de cargarse al hombro y solucionar casi todos los problemas del mundo, confunden malintencionadamente por ejemplo el “sexo” con el “género”. Parece mentira que a esta altura haya que aclarar que el sexo es un dato objetivo, material, de la biología humana. No un sentimiento, ni algo que se asigna al nacer (al respecto, ver nota: “Ser mujer no es un sentimiento”). Por el contrario, el género es el conjunto de estereotipos y roles impuestos socialmente a las personas en función de su sexo; es, por tanto, funcional y perpetúa la opresión patriarcal y subordinación que sufrimos las mujeres, además de la explotación capitalista, por ser trabajadoras. Como sostiene Gerda Lerner:

los hombres y las mujeres son biológicamente diferentes, pero los valores e implicaciones basados en esas diferencias son resultado de la cultura. Las diferencias discernibles en el presente entre hombres y mujeres son resultado de la particular historia de las mujeres (…). Esto se debe a su subordinación a los hombres, que es más antigua que la civilización, y a la negación de su historia. (…)3 El hecho de que las mujeres tengan hijos se debe al sexo; que las mujeres críen niños se debe al género, a una construcción cultural. El género ha sido el principal responsable de fijar el lugar de las mujeres en la sociedad”(…)4.

De esta forma, el día internacional de la mujer trabajadora se convierte en el día de cualquier cosa.

Como si lo mencionado hasta aquí no fuera suficiente ofensa para el feminismo, dentro del listado de categorías, se nos nombra como “cis”, un prefijo homónimo en contraposición a lo “trans”. “Cis”5 seríamos todas las mujeres que nos identificamos con el género que nos asignaron al nacer. De nuevo, sorprendentemente, se pretende que nos identifiquemos con aquello que nos oprime. Las feministas somos mujeres que no nos identificamos con el género impuesto, por el contrario, luchamos por abolirlo.

Pero eso no es todo, para agregar más caos a la convocatoria, se “confunde” la orientación sexual con la identidad de género. Otra vez, se vuelve necesario aclarar que la orientación sexual es la atracción romántica y sexual de las personas y que se basa en el sexo, es decir, para ser lesbiana hay que ser mujer. Las feministas queremos abolir el género que nos oprime y subordina, no multiplicarlo y considerarlo una identidad que, en definitiva, no hace más que esencializar las imposiciones sociales jerarquizadas en la que nos ubica.

A su vez, el documento que habla de “feminismos”, como si fuésemos diversos colectivos dentro de un gran movimiento, engloba a los femicidios dentro de la violencia de “determinados grupos de personas por su color de piel, género o pobreza” y al mismo tiempo, como parte de “los tipos de violencia de género, siendo los más extremos los femicidios, travesticidios, transfemicidios, transhomicidios y la violencia política”. En la jornada de lucha por el día internacional de la mujer trabajadora, parece egoísta hablar de femicidios, a secas; a pesar de ser ellos, la forma más extrema de la violencia machista y patriarcal contra las mujeres. Tan sólo en los meses de enero y febrero 2024, se registraron 69 femicidios6, sólo en razón de su sexo biológico (que se vuelve social por el montaje del género construido en base a él).

Pero eso no es todo. La ideología queer impone su agenda proclamando una “Educación Sexual Integral no biologicista, no binaria”, en otras palabras: no científica; promoviendo la ignorancia en los adultos y la confusión en los niños, niñas y adolescentes, a través de documentos oficiales, recursos y propuestas pedagógicas que hablan de “paradigma de lo humano”7, sexo asignado al nacer, nombran a las mujeres con el prefijo cis, hablan de identidades trans/travesti, infancias trans y sobre todo borran el componente biológico de las personas, afirmando que todos/as podemos ser lo que querramos ser. Esto funciona como puerta de entrada a situaciones que se tornan fuente de peligro. Cada año son más los menores que, no conformes con los estereotipos de género, encuentran en la terapia afirmativa y la medicalización, una salida a la disconformidad con sus cuerpos, aplicando terapias de hormonación cruzada, bloqueadores de la pubertad y posteriores mutilaciones que tienen múltiples efectos adversos graves e irreversibles que ni siquiera se advierten o dan a conocer y cuyas consecuencias obviamente niños, niñas y adolescentes no pueden comprender8.

Mientras cada vez más países (Noruega, Dinamarca, Finlandia, Suecia y recientemente Inglaterra) reconocen la aberración a la que se está sometiendo a menores de edad y dan marcha atrás con las leyes trans, prohibiendo la terapia afirmativa, en Argentina, la inhibición del desarrollo puberal y la hormonización son garantizadas por todo el sistema de salud, con una cobertura del 100% de acuerdo a lo que establece el artículo 11 de la Ley 26.743. Es más, el 15 de marzo, se publicó en el Boletín Oficial la resolución para la adquisición de insumos para la hormonización, solicitada por la Dirección de Géneros y Diversidad, por un monto de 827.225,100 de pesos. Claramente el ajuste que estamos sufriendo las/os trabajadores no va por ahí y, nuevamente, el deseo individual se antepone a la realidad material, encontrando amparo en el sistema legal y solventado por todos/as.

En este contexto, vale recordar que, en nuestro país, las personas de 16 años o más pueden otorgar su consentimiento informado de manera autónoma para acceder a las prácticas que se vinculan con el cuidado del propio cuerpo. como ser modificaciones corporales.9 Adolescentes entre 13 y 16 años pueden brindar su consentimiento en forma autónoma, a menos que se trate de prácticas que puedan implicar un riesgo grave para su salud o su vida. Únicamente para estas situaciones será necesario, además de su consentimiento, el asentimiento de al menos una persona adulta referente10. El asentimiento puede ser brindado por progenitores, representantes legales, personas que ejerzan formal o informalmente roles de cuidado, personas “allegadas” o “referentes afectivos”. En el caso de niños/niñas y adolescentes menores de 13 años podrán brindar su consentimiento a dichas prácticas con el asentimiento de al menos una persona adulta referente.

En definitiva, la intervención de los cuerpos, cada vez con más presupuesto asignado, amenaza el sano desarrollo y la salud de niñas y niños, principalmente de aquellos/as con vulnerabilidades preexistentes como trastornos del espectro autista, depresión, bullying, abusos físicos y/o sexuales, violencia, etc.

Por otra parte, el documento de la convocatoria reza: “basta de violencia institucional hacia las trabajadoras sexuales y las personas en situación de prostitución”. Esta consigna conlleva varios problemas. En primer lugar, diferencia entre quienes se consideran trabajadoras sexuales y quienes están en situación de prostitución, como si las consideraciones subjetivas anularan las determinaciones objetivas, sobre la realidad material del cuerpo y del acto que ocurre efectivamente. En segundo lugar, maquillan lo que es lisa y llanamente explotación sexual. Es decir, una forma violenta de opresión y explotación de millones de mujeres pobres en todo el mundo y que, como parte del dispositivo patriarcal, cosifica el cuerpo de las mujeres, tomándolo como algo que se puede consumir y desechar. A su vez, el texto incurre en otro error (intencional) al denunciar únicamente la trata como si ésta pudiera disociarse del sistema prostituyente; por el contrario, los datos indican que más del 50% de las víctimas de trata tienen, como finalidad, la explotación sexual11. Prostitución y trata son dos caras de la misma moneda.

Hemos desarrollado ampliamente nuestra posición acerca del sistema prostituyente en notas anteriores como: “Somos abolicionistas porque somos feministas”; “Si Sucede, Conviene (Misoginia Peronista Y Explotación Sexual)”; “Redes y prostitución”, entre otras. De todos modos, entendemos importante repetirnos en asuntos que para nosotras sí son centrales en la agenda feminista. Por ello, refrescamos que el abolicionismo del sistema prostituyente busca proteger a las mujeres de los prostituidores y de quienes propician y lucran con la prostitución ajena; no criminaliza a las mujeres en situación de prostitución sino a tratantes, proxenetas y «consumidores» (puteros). Desalienta y sanciona la demanda que propicia la explotación sexual. Exige asistencia para la población en situación de prostitución12(cuya amplia mayoría se trata de mujeres obreras).

A su vez, nada se dice de la industria de la pornografía (prostitución filmada), que funciona como una escuela de educación erótica y sentimental para varones y mujeres, orientada a alimentar el goce en escenas de incesto, pedofilia, humillación y sometimiento, donde todas las violencias se dirigen al cuerpo y la psique de las mujeres. En otras palabras, se educa sentimentalmente para reproducir los roles sexuales que sostienen la subordinación y jerarquía genérica de las mujeres, normalizando la violencia sexual y convirtiendo nuevamente a las mujeres en meros productos y mercancías. Una expresión en auge de esta forma de mercantilización de las mujeres son las plataformas como Only Fan o Divas Play, harto promocionadas por los medios de comunicación como posible “salida laboral exitosa” ante las condiciones de trabajos precarizados y pobreza en la que nos encontramos las mujeres. La pornografía es pedagogía de la prostitución.

Otro gran ausente en el documento de la principal convocatoria del 8 de marzo, es la explotación reproductiva. La subrogación o mal llamada “alquiler de vientres”, es otra forma de explotación de mujeres, en este caso, de su capacidad reproductiva. Implica la mercantilización del cuerpo de las mujeres y de los bebés, es decir: nos convierte a bebés y mujeres en mercancías plausibles de ser compradas y vendidas. Pero no solo eso, el lobby pro-subrogación hace pasar como accesoria e irrelevante la pertenencia de clase de estas mujeres obreras que hacen de incubadoras humanas y son explotadas por la industria del sexo, reproductiva y de compraventa de bebés y lo disfrazan, tal como sucede con la explotación sexual, de una presunta “libre elección” y consecuente empoderamiento. No nos engañemos, este negocio multimillonario, solo se sustenta gracias a la vulnerabilidad económica, social y psicológica de las mujeres obreras y en la indefensión de los bebés así nacidos; y constituye una violación de la dignidad y derechos fundamentales de las mujeres y los/as niñas y un ataque brutal a nuestros derechos sexuales y reproductivos. Invitamos a leer nuestro artículo sobre el tema “Explotación reproductiva: Deseos, mercancías y derechos”, en el que desarrollamos extensamente los motivos que fundamentan que si somos feministas, no hay posición alternativa ante esta mercantilización infrahumana. El abolicionismo es la única opción.

El documento de la convocatoria tampoco menciona nada en relación con la brecha salarial existente entre hombres y mujeres. Actualmente, a nivel mundial, los datos indican que la remuneración a las mujeres es 20% menor que la de los hombres. Si nos trasladamos a nuestro país, esa cifra asciende al 27%13, es decir que las mujeres ocupadas deben trabajar aproximadamente 8 días más que los varones ocupados para ganar lo mismo que ellos en un mes. El problema de la brecha salarial tiene varias explicaciones. Por un lado, los hombres y las mujeres trabajamos en sectores y ocupaciones diferentes. Mientras que las mujeres lo hacemos fundamentalmente en el sector de los servicios personales, educación, salud y comercio (con peores remuneraciones), los hombres se ocupan principalmente en los sectores de la construcción, el transporte, almacenamiento y comunicaciones, las actividades primarias y la industria manufacturera. A su vez, a la brecha salarial dentro de la ocupación y/o sector, se agrega la baja proporción de mujeres en cargos gerenciales y/o directivos (“techo de cristal”).

Finalmente, al trabajo remunerado que realizamos las mujeres, se suma toda una serie de tareas domésticas y de cuidados, asimismo asociadas a los roles y estereotipos de género que venimos detallando (mención ausente, también, en el documento analizado). Según datos de CEPAL (previos a la pandemia), las mujeres de las familias latinoamericanas destinaban entre 22 y 42 horas semanales al trabajo doméstico no remunerado “lo que supone, en promedio, una carga de hasta tres veces más que los hombres14. Estos números se agravaron en la pandemia. La proporción (entre varones y mujeres) se invierte con respecto al trabajo remunerado, lo cual guarda relación con el dato anterior:

Los niveles de desempleo y la tasa de participación laboral de las mujeres no se explican únicamente por el debilitamiento del empleo en general como parte de la crisis económica, sino que en ello también incide la sobrecarga de trabajo de cuidados de las mujeres. De hecho, el principal obstáculo para la plena inserción de las mujeres en el mercado laboral está relacionado con la sobrecarga del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. Aproximadamente un 60% de las mujeres en hogares con presencia de niños y niñas menores de 15 años declara no participar en el mercado laboral por atender responsabilidades familiares15.

Por eso, una vez más, sostenemos que la abolición del género es el camino para acabar con la subordinación histórica de las mujeres, que nos ocupa en peores trabajos, con menores salarios y nos posiciona casi exclusivamente como las cuidadoras y hacedoras del trabajo doméstico.

Para concluir…

En definitiva, la convocatoria en unidad, además de dejar afuera la denuncia en torno a la opresión y situación de pobreza, brecha salarial, precarización y sobrecarga de tareas que pesa sobre las mujeres (determinada por el hecho de serlo), desvirtuó la especificidad del 8M, borrándonos y bajando, una vez más, nuestras banderas de lucha. Como feministas, y mujeres obreras y clasistas, sostenemos la importancia de visibilizar nuestra agenda y reivindicaciones, denunciar la ideología queer, la alianza capitalismo-patriarcado y demostrar que las feministas seguimos luchando por una agenda propia que denuncie la explotación sexual y reproductiva, la pornografía, por una efectiva implementación del derecho al aborto seguro, legal y gratuito, por una ESI feminista y científica, por la abolición del género y en contra de la violencia machista. Es decir, por la abolición del patriarcado.

Invitamos a todas al Encuentro Federal de Mujeres 2024 que se realizará el 12 y 13 de octubre en la provincia de Córdoba. Las mujeres nos seguimos organizando. Somos la mitad de la población mundial y somos el sujeto político del feminismo.

NOTAS:

1 https://www.dpn.gob.ar/gacetilla.php?id=33193

2 https://bit.ly/3q8YIsq

3 https://www.jujuyalmomento.com/reyes/encontraron-el-cadaver-una-mujer-el-rio-reyes-n167237

4 Lerner, Gerda (2022) La Creación Del Patriarcado – Paidos. Pág 44

5 Lerner, Gerda (2022) La Creación Del Patriarcado – Paidós. Pág 23

6 https://www.vidaysocialismo.com.ar/sencillito-04-la-discalculia-peronista-parte-1/

7 La Ley de Identidad de género en Argentina se sanciona en 2012. Tiene como objetivo principal promover el derecho a la identidad de género, aspirando a garantizar que todas las personas puedan rectificar su DNI acorde a la identidad autopercibida. Es la primera en el mundo en la que no se exige a la persona ningún diagnóstico ni orden judicial para la libre expresión de su identidad de género, a ser tratada de acuerdo a ella, al libre desarrollo de su persona y, en particular, a ser identificada de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad.

8 Cuando el consentimiento del adolescente o niñe requiera del asentimiento de una persona adulta responsable y esta figura no exista, o hubiera conflicto de intereses entre ambas partes, éste debe resolverse desde el equipo de salud, teniendo en cuenta el interés superior del niñe, siempre sobre la base del criterio médico respecto a las consecuencias de la realización o no de la práctica y desde una mirada integral de la salud.

9 https://www.vidaysocialismo.com.ar/las-infancias-trans-no-existen/

10 Pan y Rosas, Frente Popular Darío Santillán Corriente Plurinacional, Juntas y a la Izquierda (MST), Plenario de Trabajadoras (PO), Las Mariposas (MTR 12 de Abril), FOL Unidad, Coordinadora por el Cambio Social, Mumala, Isadora (IS), TORRE y Organizaciones libres del pueblo Resistir y Luchar)

11 Ver: Guía Docente Abolicionista para ESI – CAFe, 2021: https://docs.google.com/presentation/d/14bQwAtfpn2dO1roQzw9Oqa9CJVxqXJgf/edit?usp=sharing&ouid=105631355590934105676&rtpof=true&sd=true

12 https://oig.cepal.org/sites/default/files/s2200704_es.pdf, Pag. 46.

13 https://oig.cepal.org/sites/default/files/s2200704_es.pdf, Pag. 47.

14https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/desigualdades_de_genero_en_el_mercado_de_trabajo_argentino_observatorio_srt.pdf

15 En Diversidad Sexual, un documento distribuido por la Dirección General de la Mujer, dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat del GCBA, durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta (y cuyos contenidos fueron elaborados por graduadas de la UBA en trabajo social, psicología y sociología), se afirma que el patriarcado consiste en establecer un paradigma de “lo humano” que organiza una jerarquía social: “el varón blanco, con un cierto poder adquisitivo, en edad productiva, sin discapacidades físicas y heterosexual fija el punto máximo de la jerarquía respecto de cualquier otra condición o variable”. Esta caracterización del patriarcado diluye la opresión sexual (corazón del patriarcado) en una serie de determinaciones (color de piel, poder adquisitivo, edad, funcionalidad física, orientación sexual…) que fragmenta y difumina la agenda feminista (en opresión cromática, opresión entre trabajadores mejor o peor pagos, opresión etaria, etc.), además de omitir la alianza táctica y estratégica entre patriarcado y capitalismo.

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