SOBRE MARCHAS Y TRAVESTIS I (Contra la lógica del péndulo burgués)

La decisión de cuándo marchar no puede pensarse por fuera de la distinción entre programa mínimo y programa máximo.

Si se convocara a una marcha para pedir que los responsables de un travesticidio fueran castigados, seguramente aceptaríamos ir. Sería una muestra de unidad de acción, con un objetivo tan concreto como pasible de ser obtenido.

Pero si de una aseveración verbal de un presidente se derivan (a) un cambio de régimen (de democrático burgués a «fascista») y (b) un frente político que se propone luchar contra él, entonces el programa ya no es concreto y plausible, sino estratégico y político. Y lo que se propone es sacar a Milei, es decir, apoyar cualquier reemplazo.

Cuando Videla era presidente de facto, exigir que se fuera significaba aceptar que volvieran los peronistas o los radicales en primer lugar, pero era una estrategia coherente porque, con ese cambio, ganábamos para la izquierda legalidad, derecho a reunión, a la palabra, a manifestarnos. En cambio, la marcha de este sábado 1° de febrero, Marcha federal del orgullo, antifascista y antirracista –a la que podrán sumarse alegremente los oficialistas parciales de la UCR, los homofóbicos matazurdos de la burocracia sindical (que anteayer estuvieron a los tiros en Berazategui sin que el FITU denunciara fascismo) e incluso personajes como Santiago Cúneo o Guillermo Moreno con sus Principios y Valores–, no se convoca por los derechos civiles, sino por la construcción de una alternativa a Milei (a Milei, no al capitalismo).

Algunas convocatorias, de izquierda a derecha y de arriba a abajo: Principios y Valores (el partido de Guillermo Moreno), Política Obrera (el PO de Altamira), organismos de DDHH (CELS, Abuelas, Familiares, H.I.J.O.S., NIETES), la FUBA (Ferderación Universitaria de Buenos Aires), Asamblea Antifascista LGTBIQ+, UCR (Unión Cívica Radical), SiPreBA (Sindicato de Prensa de Buenos Aires), Coalición Cívica ARI, Pan y Rosas (PTS), Ademys (sindicato docente CABA), Las Rojas (Nuevo MAS).

La convocatoria no parte de alguna demanda concreta sino de ideas generales. Una de esas ideas generales es que la mujer no existe. Otra de esas ideas generales es que el fascismo es un estado de ánimo (odio) y no una consecuencia del desarrollo del capital y de la necesidad de someter por la violencia a la clase obrera.

Una prueba de la sumisión al peronismo en esta marcha aparece al recordar qué es lo que hace la izquierda cuando la que convoca (con consignas tan vagas como ahora, por ejemplo, «por paz, pan, tierra y trabajo») es la Iglesia. Por supuesto que a veces también claudica al clero, pero otras muchas denuncia la trampa de la vaguedad de esos objetivos en manos de una conducción burguesa.

Y una prueba de sumisión al individualismo burgués se muestra en el hecho de que las agrupaciones feministas del FITU y el peronismo se ubican en el mismo lugar con respecto al transactivismo. Las mujeres, que componen la mitad de la humanidad (en Argentina es más del 51% de la población) y por lo tanto no son una minoría, no convocan a esta movilización cuyo eje está puesto en los dichos de Milei sobre «las disidencias». Pero si, para los convocantes, los dichos adquieren la relevancia de hechos, ¿por qué no protagonizan esta convocatoria las mujeres, que son las que abortan y mueren en cada femicidio? Sobre estos dos temas también se expresó Milei. Y hubo declaraciones de Martín Menem afirmando que le gustaría derogar la ley de IVE. Si una expresión de deseo equivale a una medida política, ¿cómo se explica la ausencia de una convocatoria multitudinaria por esto? ¿Será porque los chabones no abortan? Quienes dirigen la convocatoria de este sábado son hombres, como Susy Shock, este militante de Pan y Rosas (la agrupación «feminista» del PTS) o este otro, de Juntas y a la izquierda (la agrupación «feminista» del MST). Explicamos en el tríptico de notas sobre el transactivismo en Argentina cómo la misoginia y el androcentrismo son dos de sus principales características1.

¿Por qué marchamos cuando convocó la universidad? Porque había una consigna que consideramos concreta: la modificación del presupuesto universitario en el proyecto enviado al Congreso2. ¿Qué debería pasar en la próxima semana para que la marcha del 1° de febrero concretare un éxito en la vida real y no sólo en la autopercepción de los marchantes y en la solidificación del frente (peronista) anti Milei? Que Milei se volviera woke, obviamente. ¿Sucederá? NO. ¿Y entonces? La conclusión de la izquierda trotskista y el progresismo será la necesidad de afianzar mucho más el frente anti Milei con los mismos que trajeron a Milei.

Cuando las acciones son políticas y no acciones concretas en busca de resultados concretos, se trata de una lucha por la conducción política. La burguesía trata de difuminar su conducción en representantes menos repudiados, menos evidentes e incluso indeliberados (como los trotskistas). La burguesía prepara el recambio y la izquierda colabora.

Contra esa lógica del péndulo burgués intentamos trabajar.

[Leer la parte II: «No seamos tan sonsos, otra vez»]

NOTAS:

1 Titulamos al tríptico Peor que el terraplanismo y las notas son: parte 1, «Yo nena, yo princesa»; parte 2, «Una ley contra la racionalidad»; parte 3, «La deriva queer del trotskismo».

2 Nuestro balance de esa marcha en «¿Y ahora qué?».

9 comentarios en “SOBRE MARCHAS Y TRAVESTIS I (Contra la lógica del péndulo burgués)”

  1. Excelente lectura del panorama político/social, ahora bien, ¿el colectivo LGBT (no el del resto del alfabeto) ¿hasta cuando se va a dejar utilizar? ¿Nadie ve la manipulación ? ¿Donde dejaron la dignidad que solían demostrar cuando luchaban por sus derechos? Claramente esta marcha es “la biblia y el calefon”

    1. Agradecemos la lectura y el comentario que interroga. Compartimos esas mismas preguntas. La agenda feminista, la agenda LGB y la agenda trans son muy diferentes, tanto en su sujeto político (las mujeres; lesbianas, gays y bisexuales; el individuo narcisista que diviniza su Yo, respectivamente) como en sus objetivos (abolir el género, abolir el sistema prostituyente, abolir la explotación reproductiva; eliminar la represión y la discriminación por la orientación sexual; que todo el mundo acepte como verdad el padecimiento o el capricho del individuo, respectivamente). Sin embargo, vivimos tiempos en que la racionalidad es reemplazada por el ejercicio del caos, como dice ese verso del tango Cambalache (compuesto en ¡1934!) que citás. Por lo pronto, saber que, aunque pocos, no estamos solos quienes intentamos ensayar la paciencia y la constancia que requieren los problemas complejos para ser tratados, ya es alentador. Ojalá se produzcan (y podamos producir) más instancias de encuentro para pensar y actuar en torno a estos graves problemas. Abrazo fraternal.

  2. Efectivamente es una movida por la creación de una conducción política opositora. Creo que la idea de que la existencia de la mujer desaparece con la agenda trans, es lo más ignorado, oculto en toda esta movida. La abolición de los derechos de las mujeres con la ley trans no existe en el discurso del presidente en Davos y en otras de sus intervenciones, ni desde los que están perdiendo hegemonía con los recortes estatales a las políticas identitarias. La discusión se plantea con consignas incompletas, engañosas y mentirosas como por ejemplo, el respeto a los gays vs. homofobia mileista, la pedofilia gay vs. silencio desde los organismos LGBT, gobierno facista vs. gobierno democrático.

    1. Gracias, Ani, por la lectura y el intercambio de ideas. Estamos totalmente de acuerdo en que el núcleo incuestionado de la ideología de género (tanto por el gobierno como por la oposición) es la existencia de la mujer. Esa entelequia metafísica llamada “identidad de género” sostiene todo el edificio queer. En la medida en que no se discuta públicamente, esa proliferación de consignas incompletas, engañosas y mentirosas que señalás continuará sucediendo. Llama mucho la atención que los científicos de este país no hayan visto, o tema denunciarlo públicamente, que la Ley de Identidad de Género niega la evolución biológica. Son tiempos difíciles para la racionalidad. Fuerte abrazo.

  3. César Hormazábal Fritz

    Hola, muy buen y pedagógico artículo. Gracias

    Un alcance: el “fascismo” en su mal-uso y abuso actual no es es el fascismo histórico. Es más bien una ultraderecha.

    Por eso es que el “fascismo”, en el mal uso actual del termino, se identifica más con un estado de ánimo (odio) y no una consecuencia del desarrollo del capital y de la necesidad de someter por la violencia a la clase obrera.

    1. Gracias por la lectura y el comentario, compañero. En efecto, caracterizar como fascista a este gobierno, que es democrático burgués, banaliza al fascismo y prepara el terreno para que asuma el poder la fuerza política que nos trajo hasta acá: el peronismo, que es, curiosamente, la única fuerza política en la historia argentina que tuvo y tiene probados vínculos con el fascismo y el nazismo.

  4. Me parece muy buena la nota. Cada vez concuerdo menos con los preceptos cada vez más líquidos de la izquierda, pero rescato la coherencia y el libre debate de ideas y opiniones.

    1. Te agradecemos la lectura y el comentario para compartirnos tu opinión. Coincidimos en la valoración positiva de la coherencia (que no significa repetir siempre lo mismo, sino organizar el pensamiento racionalmente, aun en los cambios de posición y las autocríticas) y en la defensa democrática del libre debate de ideas y opiniones. Saludos!

    2. César Hormazábal Fritz

      En mi opinión la “liquidez” del poder es la expresión de una sociedad desvinculada y atomizada, donde el colectivo a ido reduciéndose hasta el individuo, fortaleciendo la competencia y anulando la cooperación.

      Si tomas un sólido y lo fraccionas en trocitos, rompiendo y aislando sus vínculos, resultando en fragmentos como pequeñitos granos de arena, verás un comportamiento fluido (“liquido”) de algo que antes era sólido

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