Hay un lugar común según el cual una de las aberraciones de Milei consiste en la promoción de un «Mercado de órganos y bebés». Ese lugar común omite que tal mercado ya existe, que famosos argentinos han comprado «incubadoras humanas» y bebés, y que los proyectos presentados en el Congreso para regular ese mercado no son de LLA sino, mayoritariamente, iniciativas del peronismo.
En junio de 2022, el periodista Ernesto Tenembaum entrevistó a Javier Milei en su programa de radio. A propósito de la obra de Murray Rothbard, un autor paleolibertario muy elogiado por Milei, Tenembaum comentó:
En el mismo libro en que [Rothbard] habla de legalizar la venta de órganos –diciendo que cada persona es dueña de su cuerpo y tiene todo el derecho del mundo a hacerlo–, también habla de legalizar la venta de niños. Dado que un padre es propietario de su hijo, si eso pasara habría un «mercado floreciente». […] A mí me parece lógico el planteo. Y espantosa la idea de ponerlo en marcha. ¿Vos estarías de acuerdo con la venta de niños?
«Depende», dijo Milei. Y desató la indignación progresista de Jairo Straccia, Gustavo Grabia y el resto de la palermitana Radio Con Vos…1 Desde entonces, Milei no volvió a darle una nota a Tenembaum. Algunos portales de noticias titularon: «Querida, vendí a los niños», «Milei dijo que la venta de niños “se podría debatir” en el futuro», «Javier Milei y la venta de niños: pólemica, repudio y ¿arrepentimiento?» y «Milei en picada: ¿la venta de niños es un mercado más?». Sin embargo, nos preguntamos: ¿es tan insólitamente aberrante lo que Milei sugiere? ¿Vivimos en una sociedad donde la compraventa de niños es –como cree Tenembaum– apenas «una idea espantosa», sin correlato concreto en la vida cotidiana?
Un informe de Global Market Insights valoró en 14 mil millones de dólares el mercado de la explotación reproductiva para 2022. Y pronostica que en diez años ese mercado tendrá un valor de 129 mil millones de dólares2. Alguien podría observar que este documento no estaba al alcance de los periodistas al momento de la entrevista con Milei, ya que se publicó cinco meses después. Pero en las mismas páginas de Murray Rothbard que Tenembaum cita hay una nota al pie que revela la existencia, desde hace décadas, de un mercado internacional de niños y de «vientres»:
Hace algunos años, las autoridades neoyorquinas anunciaron a bombo y platillo que habían desarticulado una red de «tráfico ilegal de niños». Los importaban, por un determinado precio, desde Grecia, algunos comerciantes emprendedores, que los vendían a impacientes padres en Nueva York. Nadie pareció advertir que todos cuantos participaban en este supuestamente bárbaro tráfico salían beneficiados: los padres griegos, sumidos en la pobreza, ganaban dinero, además de la satisfacción de saber que sus hijos crecerían en hogares mucho más prósperos; los nuevos padres que veían colmados sus ardientes deseos de tener niños; y los niños, que eran trasladados a entornos mucho más afortunados. También los comerciantes obtenían provecho, en su calidad de intermediarios. Todos ganaban. ¿Quién perdía?3
«Hace algunos años», dice Rothbard en 1982, año de publicación del libro La ética de la libertad, de cuyo capítulo XIV, «Los derechos de los niños», extrajimos la cita. Se nos dirá que tal vez eso sucede en otros países pero no en Argentina. Y, en efecto, Martín Redrado, Luciana Salazar, Flavio Mendoza, Flor de la V, Marley y otras personas menos conocidas compraron sus niños en países extranjeros, pues en Argentina todavía no hay una regulación al respecto.
Curiosamente, no es La Libertad Avanza la fuerza política que ha presentado proyectos de ley para regular ese mercado. La Biblioteca del Congreso de la Nación ofrece en su sitio online un dossier legislativo que lleva por título «Gestación por Sustitución», que es el eufemismo para nombrar la explotación reproductiva (del mismo modo en que se le llama «trabajo sexual» al sistema prostituyente y «pornografía» a la industria de la violación filmada). En ese dossier se compilan antecedentes parlamentarios, instrumentos internacionales, legislación nacional y provincial, doctrina, jurisprudencia y otros documentos relacionados con el tema [descargar el dossier]. Ahí podemos ver que existen doce (no uno, no dos, sino doce) proyectos de ley presentados para regular aspectos del mercado de «incubadoras humanas» y bebés: cinco de esos proyectos fueron presentados por la coalición UCR/PRO/JxC, con las firmas de Laura Montero, Daniel Lipovetzky y el ex vice de Cristina, Julio César Cleto Cobos, entre otros. Y siete de esos doce son proyectos del peronismo, con firmas que van desde Mayra Mendoza e Itaí Hagman hasta Daniel Filmus y Luana Volnovich, pasando por Juliana Di Tullio, Hugo Yasky y Cecilia Moreau, entre otros.4
Una vez más, el progresismo hace escándalo por los dichos de Milei y mira para otro lado con los hechos del peronismo. Una vez más, el progresismo defiende el sistema capitalista pero no quiere saber nada de su tendencia necesaria a la mercantilización de todas las cosas, de todas las relaciones, de todas las personas.
NOTAS:
1 Video en YouTube: «Javier Milei y la venta de niños. Entrevista con Tenembaum», 28 de junio de 2022.
2 «Mercado de subrogación: por tipo (subrogación gestacional, subrogación tradicional), por tecnología (inseminación intrauterina (IIU), fertilización in vitro (FIV)), por grupo de edad, por proveedor de servicios y pronóstico, 2023-2032», publicado en noviembre de 2022.
3 Murray Rothbard, La ética de la libertad, trad. Marciano Villanueva Salas, Madrid, Unión Editorial, 1995, pp. 155-6.
4 Hemos desarrollado este problema en «Explotación reproductiva (Deseos, mercancías y derechos)» y en esta charla que organizamos desde Feminismo y Socialismo.