LUDDITAS DIGITALES. Parte 1: Pantallas y degradación educativa

Cuando Steve Jobs dirigía Apple, era conocido por llamar a los periodistas para darles palmaditas en la espalda por un artículo reciente o, la mayoría de las veces, explicar cómo se equivocaron. Recibí algunas de esas llamadas. Pero nada me impactó más que algo que Jobs me dijo a finales de 2010, después de que terminó de criticarme por algo que había escrito sobre un defecto del iPad.

«Entonces, ¿a tus hijos les debe encantar el iPad?» —le pregunté al señor Jobs, tratando de cambiar de tema. La primera tableta de la compañía acababa de llegar a las estanterías. «No lo han usado», me dijo. «Limitamos la cantidad de tecnología que nuestros hijos usan en casa».

Estoy seguro de que respondí con un jadeo y un silencio estupefacto. Había imaginado que la casa de los Jobs era como el paraíso de los nerds: que las paredes eran pantallas táctiles gigantes, que la mesa del comedor estaba hecha de azulejos de iPads y que los iPods se entregaban a los invitados como chocolates en una almohada.

No, me dijo Jobs, ni de cerca.1

Nick Bilton para The New York Times.

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires acaba de firmar una resolución por la cual se regula el uso del teléfono celular en las aulas de los niveles primario y secundario2. En la provincia de Buenos Aires se había prohibido ese uso en 2006 pero se levantó la prohibición en 20163. Italia prohibió el uso de móviles en 2007 y volvió a prohibirlo en 20224. Francia acaba de anunciar que pondrá a prueba esa prohibición en 200 establecimientos, aunque ya la había dispuesto en 20185. Las comunidades autónomas de Madrid y Galicia prohibieron los celulares en las aulas mientras el resto de España mantiene la regulación librada a cada escuela6. Países Bajos anunció que la prohibición comenzaría a regir desde el 1° de enero de este año7. Israel, China, Australia, Ghana, Ruanda, Uganda y la provincia canadiense de Ontario también aplicaron prohibiciones similares8.

Esas medidas (desperdigadas en el mapa, con desajustes entre gobiernos nacionales y provinciales o municipales, que presentan idas y vueltas en su aplicación) sintonizan con un informe que la UNESCO publicó el año pasado, en el que se observa:

Los datos de evaluaciones internacionales a gran escala, como los que ofrece el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes [PISA], sugieren una relación negativa entre un uso excesivo de las TICs y los resultados académicos del estudiantado. En 14 países se ha concluido que el mero hecho de estar cerca de un dispositivo móvil distrae al alumnado y tiene un efecto negativo en el aprendizaje. Sin embargo, menos de una cuarta parte ha prohibido el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas.9

El párrafo es curioso: asocia el uso escolar de las TICs (tecnologías de la información y la comunicación), que depende de normativas gubernamentales e infraestructura institucional (pública o privada), con los teléfonos celulares, que son aparatos individuales cuya ostentación depende del arbitrio (y el poder adquisitivo) de cada persona. Sin embargo, como intentaremos mostrar, esta asociación entre las TICs (a nivel social) y el celular (a nivel individual) no es caprichosa.

Por lo pronto, advirtamos que la UNESCO señala, como mínimo, dos problemas. De una parte, que el uso de computadoras e Internet en las escuelas no estaría dando los frutos esperados. De otra, que habría un déficit de atención ligado a estos aparatitos. Esos dos problemas orientan las dos partes de esta nota. Hoy mostraremos el contraste que las investigaciones científicas evidencian entre el entusiasmo con las nuevas tecnologías aplicadas a la educación y los magros resultados obtenidos (cuando no son directamente negativos). En la segunda parte abordaremos un problema que es más amplio y más profundo: cómo el desarrollo capitalista de la innovación tecnológica nos está vaciando de facultades cognitivas y sensoriales (como la atención, la memoria, la empatía) que la humanidad desarrolló a lo largo de milenios.

Cuando la filosofía piensa en el aire

«Muy pronto, en los colegios los libros se considerarán objetos obsoletos […]. Nuestro sistema escolar cambiará drásticamente en diez años». Estas palabras, que parecen tan actuales, fueron pronunciadas por Thomas Alva Edison en 1913 ante las posibilidades pedagógicas que parecía brindar el cine10. El mismo entusiasmo giró en torno a la radio durante la década de 193011. En los años 60 le tocó el turno al televisor, que iba a convertir cualquier habitación en un aula potencial.

Más recientemente, las TICs han tenido que soportar sobre sus Hardwares promesas similares. El filósofo Darío Sztajnszrajber encarna ese entusiasmo de Edison frente al cine pero, esta vez, frente a las redes sociales:

Tal vez ya no tiene sentido la idea de escuela, como no tiene sentido la idea de familia. […] Tenemos alumnos del siglo XXI, docentes del siglo XX, escuelas del siglo XIX. […] Por ahí, ontológicamente, estructuralmente, lo que ya no tiene sentido es la escuela. Tenemos una idea que se nos fue ocurriendo: «El aula ha muerto». El aula tradicional ha muerto, siguiendo la idea de Nietzsche de que Dios ha muerto. La muerte de Dios no fue el Apocalipsis. Fue la resignificación de nuestra relación con nuestras creencias, con nuestras preguntas. Entonces tal vez hay algo de ese aula tradicional, dogmática, vertical, centralizada, que hoy ya no tiene sentido. Hay más aula en una red social que en cuatro paredes con tipos que hablan bajando línea y pibes que están con la libido en otro lado.12

Hemos hablado sobre estas ideas de Darío Z, quien se graduó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires pero considera que lo que fue bueno para él ya no es bueno para los demás13. Nos interesa ahora concentrarnos en el optimismo que suscitan las TICs porque no se corresponde con la evidencia científica a mano.

Sin ir más lejos, el año pasado la máxima autoridad en salud pública de EE.UU. emitió dos informes que se pueden vincular sin mucho esfuerzo: Nuestra epidemia de soledad y aislamiento, sobre los «efectos curativos de la conexión social y la comunicación», y Redes sociales y salud mental juvenil, en el que se advierte cómo el uso de las redes sociales puede «dañar profundamente» la salud mental de niñas, niños y adolescentes14. Allí donde una filosofía desconectada de la realidad ve «más aula en una red social que en cuatro paredes», estos informes de salud muestran datos que afirman exactamente lo contrario.

Asimismo, el frenesí por equipar a las escuelas con televisores, pantallas electrónicas, netbooks, tablets, etc., no se corresponde con los resultados obtenidos. Los planes educativos como Ceibal en Uruguay o Conectar Igualdad en Argentina han distribuido millones de computadoras para escuelas y estudiantes de los niveles primario y secundario. Esos planes fueron parte de una tendencia global a la incorporación de TICs en las instituciones educativas. Pero ya en 2015 los datos recogidos en las pruebas PISA ponían freno a las ardorosas expectativas didácticas depositadas en esta democratización de las pantallas. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) elaboró un informe titulado Estudiantes, computadoras y aprendizaje cuyas observaciones son tajantes:

En general, el patrón más frecuente que surge en los datos PISA, cuando el uso de la computadora se relaciona con las habilidades de los estudiantes, es una asociación débil o, a veces, negativa, entre la inversión en el uso de las TICs y el desempeño. Si bien la naturaleza correlacional de este hallazgo hace que sea difícil extraer de él una orientación para las políticas, el hallazgo es notablemente similar al consenso emergente en la literatura de investigación, basado en estudios que utilizan evaluaciones diseñadas más rigurosamente.15

El sexto capítulo del mismo informe, donde se aborda la influencia de las TICs sobre el rendimiento académico, sintetiza en un recuadro inicial el contenido:

A pesar de las considerables inversiones en computadoras, conexiones a Internet y software para uso educativo, hay poca evidencia sólida de que un mayor uso de las computadoras entre los estudiantes conduzca a mejores puntajes en matemáticas y lectura.16

Y en un recuadro titulado «Lo que nos dicen los datos», el informe precisa tres aspectos y nos vamos a detener en el segundo:

* Los recursos invertidos en TICs para la educación no están vinculados a un mejor rendimiento estudiantil en lectura, matemáticas o ciencias.

* En los países donde es menos común que los estudiantes utilicen Internet en la escuela para sus tareas escolares, el desempeño de los estudiantes en lectura mejoró más rápidamente que en los países donde dicho uso es más común, en promedio.

* En general, la relación entre el uso de computadoras en la escuela y el rendimiento se ilustra gráficamente mediante una forma de colina, lo que sugiere que el uso limitado de computadoras en la escuela puede ser mejor que no usarlos en absoluto, pero niveles de uso de computadoras superiores al promedio actual de la OCDE están asociados con resultados significativamente peores.

Silicon Valley te la vende pero no la consume

En 2011 un artículo publicado por The New York Times reveló que tanto el director de eBay como los empleados de Google, Apple, Yahoo y Hewlett-Packard enviaban a sus hijos a escuelas desprovistas de pantallas.

las principales herramientas didácticas de la escuela son cualquier cosa menos de alta tecnología: bolígrafos y papel, agujas de tejer y, ocasionalmente, barro. No se encuentra una computadora. No hay pantallas en absoluto. No están permitidos en el aula. Y la escuela, incluso, desaprueba su uso en casa.

Las escuelas de todo el país se han apresurado a equipar sus aulas con computadoras y muchos legisladores dicen que es una tontería hacer lo contrario. Pero ese punto de vista contrario se puede encontrar en el epicentro de la economía tecnológica, donde algunos padres y educadores tienen un mensaje: las computadoras y las escuelas no se mezclan.

Se trata de la Escuela Waldorf de la Península, una de las alrededor de 160 escuelas Waldorf del país que se adhieren a una filosofía de enseñanza centrada en la actividad física y el aprendizaje a través de tareas creativas y prácticas. Aquellos que respaldan este enfoque dicen que las computadoras inhiben el pensamiento creativo, el movimiento, la interacción humana y la capacidad de atención.17

Consultada por la eficacia del sistema, la Asociación de Escuelas Waldorf de América del Norte mostró que el 94% de los estudiantes que se graduaron en las escuelas secundarias Waldorf de EE.UU. entre 1994 y 2004 asistió a la universidad, muchos de ellos a Oberlin, Berkeley y Vassar.

Por supuesto, esa cifra puede no ser sorprendente, dado que se trata de estudiantes de familias que valoran la educación lo suficiente como para buscar una escuela privada selectiva y, por lo general, tienen los medios para pagarla. Y es difícil separar los efectos de los métodos de instrucción de baja tecnología de otros factores. Por ejemplo, los padres de los estudiantes de la escuela de Los Altos dicen que atrae a grandes maestros que reciben una amplia capacitación en el enfoque Waldorf, lo que crea un fuerte sentido de misión que puede faltar en otras escuelas.

¿Escuelas Waldorf para los hijos de la burguesía y Plan Sarmiento para los hijos de los trabajadores? Sería, como mínimo, apresurado responder afirmativamente con los datos que presentamos hasta ahora. (Aunque esta investigación sí ofrece datos al respecto).

Chris Anderson, ex editor de Wired y ahora director ejecutivo de 3D Robotics, un fabricante de drones, ha instituido límites de tiempo y controles parentales en todos los dispositivos de su casa. «Mis hijos nos acusan a mí y a mi esposa de ser fascistas y de estar demasiado preocupados por la tecnología, y dicen que ninguno de sus amigos tiene las mismas reglas», dijo sobre sus cinco hijos, de 6 a 17 años. «Eso se debe a que hemos visto los peligros de la tecnología de primera mano. Lo he visto en mí mismo, no quiero que eso les pase a mis hijos».

Los peligros a los que se refiere incluyen la exposición a contenido dañino como la pornografía, el acoso de otros niños y, quizás lo peor de todo, volverse adicto a sus dispositivos, al igual que sus padres.

Alex Constantinople, directora ejecutiva de OutCast Agency, una firma de comunicaciones y marketing centrada en la tecnología, dijo que a su hijo menor, de 5 años, nunca se le permite usar dispositivos durante la semana, y a sus hijos mayores, de 10 a 13 años, solo se les permite 30 minutos al día en las noches escolares.

Evan Williams, fundador de Blogger, Twitter y Medium, y su esposa, Sara Williams, dijeron que en lugar de iPads, sus dos hijos pequeños tienen cientos de libros (sí, físicos) que pueden tomar y leer en cualquier momento.18

¿Libros físicos para los hijos del fundador de Blogger y netbooks para los pibes que son como L-Gante pero no tuvieron el mismo éxito? Sería precipitado asumir taxativamente que sí. Por lo pronto, destaquemos el énfasis puesto por estos burgueses en la presencia corporal para la educación:

«El compromiso tiene que ver con el contacto humano, el contacto con el maestro, el contacto con sus pares», dijo Pierre Laurent, de 50 años, quien trabaja en una empresa emergente de alta tecnología y anteriormente trabajó en Intel y Microsoft. Tiene tres hijos en escuelas Waldorf, que impresionaron tanto a la familia que su esposa, Mónica, se unió a una como maestra en 2006.

Y donde los defensores de llenar las aulas con tecnología dicen que los niños necesitan tiempo frente a la computadora para competir en el mundo moderno, los padres Waldorf responden: ¿cuál es la prisa, dado lo fácil que es adquirir esas habilidades?19

Michel Desmurget (doctor en neurociencia y director de investigación en el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia) argumenta a favor de las dos cosas: la reunión de los cuerpos, en vez del uso de pantallas, y la demora en el aprendizaje de lo digital, en vez de su acceso precoz. Para pensar sobre lo primero, Desmurguet cita las investigaciones del primatólogo Francesco Ferrari sobre las «neuronas espejo», que se activan de la misma manera tanto cuando el individuo realiza una acción por sí mismo como cuando ve a alguien realizar esa misma acción. Para ganar tiempo en sus experimentos con animales, Ferrari sustituyó el movimiento real por el mismo movimiento grabado en video: las mismas neuronas que respondían bien al movimiento de la mano del investigador reaccionaban mal, o no reaccionaban en absoluto, ante el mismo movimiento reproducido en una pantalla. Desde entonces, el fenómeno ha sido constatado en infinidad de experimentos, incluidos seres humanos niños y adultos. Conclusión:

Para que la magia de las relaciones [humanas] surta efecto, se debe cumplir una condición imprescindible: «el otro» debe estar físicamente presente. Para nuestro cerebro, no es lo mismo un humano de carne y hueso que un humano en video. […] el cerebro humano, sea de la edad que sea, es mucho menos sensible ante una representación en video que ante una representación humana real. Es por eso, sobre todo, por lo que el potencial pedagógico de un ser de carne y hueso es tan irremediablemente superior al de la máquina.20

Para pensar lo segundo (por qué es recomendable la demora en el acceso a lo digital) necesitamos retomar el principio.

Veinte años es MUCHO

La diferencia entre la salvación esperada por parte de las TICs y los resultados desalentadores que presentan los informes internacionales amerita una primera reflexión en este sentido: no hay que confundir el aprendizaje de lo digital con el aprendizaje a través de lo digital. Lo segundo depende de lo primero, por supuesto: para aprender algo a través de lo digital es necesario un mínimo dominio de las herramientas digitales. No puedo aprender idiomas con Duolingo si no sé encender un equipo y abrir el programa. Sin embargo, al margen de estos rudimentos, ¿qué es lo que se debería enseñar de lo digital? Parece una pregunta pavota pero no lo es. ¿Se debe enseñar cómo utilizar paquetes estándares de oficina (Word, Excel, PowerPoint, etc.)? ¿Se debe enseñar cómo escribir en lenguajes de programación (Python, C++, etc.)? ¿Se debe enseñar cómo emplear una cámara digital y programas de edición de imágenes (Photoshop, Premiere, etc.)?

Supongamos que sí, que los escolares debieran aprender TODO eso. La pregunta entonces sería: ¿a qué edad conviene iniciarlos en estos conocimientos y qué prioridad tienen con respecto a saberes más «tradicionales» (lengua, matemática, historia, idiomas extranjeros, etc.)?

Esas preguntas no son para nada triviales. Nadie niega que ciertas herramientas digitales nos facilitan el trabajo de estudio e investigación. Pero los programas y dispositivos que nos facilitan la vida, a la vez privan de hecho al cerebro de una parte de su alimento más nutritivo: cuantas más actividades cognitivas dejamos en manos de la máquina, menos material encuentran nuestras neuronas para estructurarse, organizarse y conectarse. Para atender a la esencia de este problema recurrimos a Manfred Spitzer, psiquiatra y neurocientífico alemán, quien expone de esta manera la diferencia entre una computadora y el cerebro humano:

La computadora […] viene con una unidad central de procesamiento (CPU) y un dispositivo de almacenamiento de datos […], siendo la CPU la encargada del manejo (cálculo) de los datos y el disco duro el encargado del almacenamiento de los datos.

El cerebro, en cambio, no contiene ni una CPU ni un disco duro, sino que está formado por unos 100.000 millones de neuronas, cada una de las cuales está conectada a otras 10.000 neuronas, es decir, hay unas 100.000 millones de veces 10.000 (es decir, un millón de billones = 1.000.000.000.000.000) de conexiones.

Muchas de estas neuronas están conectadas de tal manera que envían su señal de salida a regiones de las que reciben la señal de entrada (conexiones recíprocas). Junto con otros principios de cableado (como la creación de un patrón de activación centro-entorno con bucles que crean conectividad circular), conexión (las conexiones utilizadas aumentan en fuerza, las no utilizadas disminuyen) y normalización (la suma de toda la actividad permanece más o menos constante), esta red altamente estructurada de neuronas conectadas que llamamos cerebro procesa información en forma de señales eléctricas (y, por lo tanto, lleva a cabo la función de la CPU), lo que al mismo tiempo provoca cambios en la fuerza de las conexiones entre las neuronas (que cumple la función de almacenamiento de información). Por lo tanto, las neuronas del cerebro son la CPU y son (al mismo tiempo) el almacenamiento; se encargan tanto del procesamiento como del almacenamiento de información.21

No hay unidades separadas en el cerebro para las funciones de procesar y almacenar. Las mismas neuronas hacen todo a la vez. Por eso cuanto más se almacene mejor será el procesamiento. Cuanto más denso e intrincado sea el patrón de sinapsis en los centros del lenguaje (o la música, la matemática, etc.), más fácil será que estos centros capten patrones en un nuevo idioma (o una nueva composición musical, una nueva ecuación matemática, etc.).

Así como los músculos necesitan entrenamiento para crecer, el cerebro también necesita entrenamiento para el crecimiento de su conectividad interna. ¡De hecho, mucho entrenamiento! Los niños de familias de bajos ingresos escuchan 3 millones de palabras al año, mientras que los niños de familias de clase alta escuchan 11 millones de palabras al año. Como resultado de haber recibido 8 millones de palabras al año de entrada de lenguaje adicional, el vocabulario activo de los niños de clase alta es comparativamente más grande. Estudios recientes han demostrado que incluso los bebés prematuros se benefician de la introducción del lenguaje antes de su fecha de nacimiento habitual.

No es posible pasarse años en la cama, levantarse y estar en óptimas condiciones físicas. Y si no se entrena el cerebro lo máximo posible en las dos primeras décadas de la vida, será difícil aprender algo después. Del mismo modo que aprender durante toda la vida es fácil si se han recibido 20 años de buena educación, desde el jardín de infancia hasta la universidad, lo que ha dado como resultado un conocimiento amplio y profundo en ciencias y humanidades, si a los 20 o 25 años no se tienen muchos conocimientos de nada, será muy difícil aprender algo nuevo.

¡Por eso externalizar la actividad mental durante las dos primeras décadas de vida no es una buena idea!22

Y por eso es crucial distinguir entre el experto y el aprendiz. Porque lo que puede ser útil para el primero, puede ser perjudicial para el segundo. Que una calculadora científica le permita a un adolescente de último año de la secundaria ahorrar tiempo en el cálculo de ecuaciones trigonométricas no significa que el mismo uso pueda beneficiar a un niño de primaria en el pasaje del número concreto al abstracto, en los entresijos del sistema decimal y en el principio de la resta con llevadas. Del mismo modo, el hecho de que Word nos facilite (¡muchísimo!) la vida a todo tipo de investigadores, docentes y militantes, no quiere decir que usar una computadora favorezca el aprendizaje de la escritura (al contrario: dificulta la memorización y el reconocimiento de las letras, presenta déficits en la comprensión y memorización de textos).

La escuela no es una isla

¿Por qué, entonces, se sigue invirtiendo en equipar escuelas con pizarras electrónicas, netbooks, tabletas y una conexión a Internet más veloz y caudalosa? ¿Por qué hay tanto empeño en digitalizar todo el sistema educativo, desde la primaria hasta la universidad, cuando los resultados se muestran muy poco convincentes?

La respuesta marxista diría que la progresiva introducción de maquinaria en diversas ramas de la producción sirve, principalmente, para abaratar la fuerza de trabajo e incrementar la obtención de plusvalor relativo. Pero en vez de citar El Capital vamos a citar, nuevamente, a la OCDE:

Si bien las inversiones en hardware, software y conectividad parecen aumentar con los recursos gastados en educación, también está claro que estas inversiones compiten por recursos con otras prioridades. Para un determinado nivel de recursos a escala nacional, el dinero gastado en equipar las escuelas con TICs podría haberse utilizado para contratar docentes adicionales, aumentar sus salarios o invertir en su desarrollo profesional, o gastarse en otros recursos educativos, como libros de texto. Al interpretar la relación entre las inversiones en TICs y el desempeño de los estudiantes en términos de costos y beneficios, es importante incluir, entre los costos, los beneficios perdidos de usos alternativos del dinero (lo que los economistas denominan costo de oportunidad).23

Al reemplazar fuerza de trabajo por tecnología, se abre un horizonte de importante reducción de costos en educación. Y no sólo en educación. El último informe de la OCDE destaca al sector de las TICs como el más dinámico de la economía a nivel internacional:

Las cifras pronosticadas a corto plazo permiten un análisis actualizado del crecimiento económico del sector de las TICs en los países de la OCDE. La primera conclusión clave que se desprende de las predicciones a corto plazo es que el sector de las TICs está teniendo un buen desempeño. Si bien el crecimiento promedio entre 2011 y 2022 fue del 5,7%, en 2023 alcanzó el 7,6%.

En muchos países de la OCDE, el año 2023 marcó un hito importante para el crecimiento del sector de las TICs. Diez países tuvieron tasas de crecimiento superiores al 9%: Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Países Bajos, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos. En Bélgica y el Reino Unido, el crecimiento del sector de las TIC superó el 11%. Incluso los países con las tasas de crecimiento más bajas del sector de las TIC, como Grecia y la República Eslovaca, tuvieron un crecimiento superior al 3%.24

Esa tasa media de crecimiento alcanzada en 2023, 7,6%, significa que el sector de las TICs ha crecido aproximadamente tres veces más rápido que el total de la economía en los países de la OCDE25. Este crecimiento no está despojado de las consecuencias denunciadas por los informes de salud, que citamos al comienzo, relativos al vínculo entre la «epidemia soledad» y el uso de redes sociales. El mismo informe 2024 de la OCDE alarma al respecto:

El anonimato, la incorporeidad y la desinhibición ayudan a explicar por qué las personas se comunican e interactúan de manera diferente en línea que fuera de línea, y pueden conducir a comportamientos negativos. Desde 2017, la tasa general de jóvenes que informan dificultades en el funcionamiento cotidiano y se sienten infelices debido al uso de las redes sociales aumentó un 49%, y la proporción de niñas aumentó más del doble que la de niños. El acoso cibernético también se está volviendo más común entre los jóvenes, y las niñas experimentan tasas más altas que los niños en promedio.26

Iniciamos esta nota con un listado de prohibiciones para el uso de teléfonos celulares en las escuelas. Pero en una sociedad que velozmente se abarrota de pantallas y conectividad, prohibir los celulares en las aulas es un acto de luddismo digital: atacar los efectos como si fueran las causas. Por supuesto, preferimos los dispositivos fuera del aula, es decir, consideramos beneficiosa la prohibición, ya que al menos siembra una pista que señala una de las consecuencias de la degradación a la que nos siguen arrojando estas relaciones sociales de producción.

En la segunda parte avanzaremos sobre lo ya anunciado: cómo la sociedad capitalista obstaculiza, perjudica o directamente impide el desarrollo de las facultades cognitivas, emocionales y sociales que la humanidad ha conquistado con tanto esfuerzo a lo largo de milenios.

NOTAS:

1 Nick Bilton, « Steve Jobs era un padre de baja tecnología», nota publicada en The New York Times el 10 de septiembre de 2014.

2 La resolución puede descargarse aquí. El resumen de las regulaciones redactado por el GCBA puede leerse aquí. Y la guía para familias con recomendaciones para «el uso responsable de las tecnologías en casa» puede descargarse aquí.

3 «Autorizan el uso de teléfonos celulares en las escuelas bonaerenses», nota publicada en La Nación el 27 de octubre de 2016.

4 Ana Buj, «Italia prohíbe el uso de móviles en las aulas y compara su adicción con la cocaína», nota publicada en La Vanguardia el 23 de diciembre de 2022.

5 Nazareno Rosen, «Francia pone a prueba la prohibición de teléfonos en las escuelas: cómo es el plan que comenzará a regir la semana que viene», nota publicada en Infobae el 30 de agosto de 2024. Luisa Corradini, «En Francia prohibieron los celulares en todo el perímetro de las escuelas desde 2018», nota publicada en La Nación el 13 de diciembre de 2017.

6 Roberto Marbán, «Móviles en las aulas: Italia y Francia los destierran de los colegios; casi toda España los permite», nota publicada en El Debate el 13 de mayo de 2023.

7 «Países Bajos prohibirá los teléfonos móviles en las aulas», nota publicada en Europa Press Internacional el 4 de julio de 2023.

8 «Estos son todos los países que prohíben el uso de móviles a los niños en colegios: Europa por la “desintoxicación digital”», nota publicada en 20 minutos el 25 de enero de 2024.

9 Informe GEM 2023: Tecnología en la educación «¿Una herramienta en los términos de quién?», UNESCO, 2023, p. 4.

10 Citado en Michel Desmurget, La fábrica de cretinos digitales (Los peligros de las pantallas para nuestros hijos), Barcelona, Ediciones Península, 2022, p. 230.

11 Eugenia Roldán Vera, «Los orígenes de la radio educativa en México y Alemania: 19241935», artículo publicado en Revista mexicana de investigación educativa, vol. 14, número 40, México, 2009.

12 Darío Sztajnszrajber, «Alumnos del siglo XXI, docentes del siglo XX, escuelas del siglo XIX», publicado en YouTube por Canal 6 Posadas el 15 de agosto de 2018.

13 Y si los pibes «están con la libido en otro lado» que no es vivir cómodamente explicando a Derrida en la tele y escribiendo libros para grandes editoriales, entonces hay que dejarlos librados a su suerte (o a su libido, que para el caso da lo mismo). Le dedicamos dos notas a Darío: «Del Coloquio de IDEA a la “ranchada filosófica» y «Usar a Marx para limpiarse el culo».

14 Dedicamos una nota a ambos informes titulada «Redes sociales de la soledad: salud mental, conectividad y aislamiento».

15 Informe OCDE 2015 Estudiantes, computadoras y aprendizaje, p. 162.

16 Informe OCDE 2015 Estudiantes, computadoras y aprendizaje, p. 145.

17 Matt Richtel, «Una escuela de Silicon Valley que no computa», nota publicada en The New York Times el 22 de octubre de 2011.

18 Nick Bilton, « Steve Jobs era un padre de baja tecnología», nota publicada en The New York Times el 10 de septiembre de 2014.

19 Matt Richtel, «Una escuela de Silicon Valley que no computa», nota publicada en The New York Times el 22 de octubre de 2011.

20 Michel Desmurget, La fábrica de cretinos digitales (Los peligros de las pantallas para nuestros hijos), Barcelona, Ediciones Península, 2022, pp. 258-60.

21 Manfred Spitzer, «¿Externalizar lo mental? Del conocimiento bajo demanda a Morbus Google», artículo publicado en Tendencias en neurociencia y educación, vol. 5, núm. 1, marzo de 2016.

22 Manfred Spitzer, «¿Externalizar lo mental? Del conocimiento bajo demanda a Morbus Google», artículo publicado en Tendencias en neurociencia y educación, vol. 5, núm. 1, marzo de 2016.

23 Informe OCDE 2015 Estudiantes, computadoras y aprendizaje, p. 148.

24 Informe OCDE, Perspectivas de la economía digital de la OCDE 2024 (volumen 1), p. 32.

25 Paloma Villa Mateos y Jaime Galán, «OCDE Digital Economic Outlook 2024: perspectivas de futuro», reseña publicada en Telefónica el 13 de junio de 2024.

26 Informe OCDE, Perspectivas de la economía digital de la OCDE 2024 (volumen 1), p. 12. Analizamos ese aspecto puntual en «Plataformas de la depresión (Instagram, Facebook, TikTok y salud mental en niñas y adolescentes)»

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