Sencillito #10: 24 de marzo de 1976, etapa superior de la Triple A peronista.

Este 24 de marzo, como todos los años, saldremos a la calle por Memoria, Verdad y Justicia, a 47 años del golpe de Videla. Nuevamente habrá dos convocatorias, resultado de que en 2003 el peronismo cerró el ciclo de abroquelamiento alrededor del indulto y abrió un período de estatización y aprovechamiento electoral del movimiento por los DD.HH.

Año tras año, camaleónicamente, la burguesía infiltra y deforma la movilización en memoria y reivindicación de miles de compañeras y compañeros exiliados, presos, torturados, muertos o desaparecidos por luchar contra esa misma burguesía. Esa tarea burguesa que infiltra y deforma la memoria y la acción se realiza desde 1983, cuando Alfonsín triunfó con la denuncia del pacto sindical-militar y, a poco de asumir, pactó con el peronismo la impunidad de toda la etapa en que el gobierno de Perón e Isabel utilizó los mismos métodos que la dictadura para perseguir a la izquierda y sus luchadores. Como «Roma no paga traidores», apenas el gobierno radical confirmó la impunidad del peronismo, éste combatió a la UCR hasta obligarla a entregar el gobierno con 6 meses de antelación.

La UCR ya había impuesto las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, dejando las sentencias limitadas a los únicos 5 condenados en el Juicio a las Juntas: 1 cada 6.000 desaparecidos. Si quien ganó las elecciones con la bandera de la democracia y los DD.HH. se apoyó en esas exiguas condenas para distribuir impunidad a la Triple A y al resto del aparato represivo, entonces no es de extrañar que el peronismo profundizara esta política con el indulto, apenas asumió el gobierno. Ningún dirigente peronista salió a la calle a reclamar contra la impunidad que el indulto sellaba. A pesar de que, es cierto, gran parte de los desaparecidos simpatizaba con el peronismo, el gobierno peronista liderado por Menem y todos sus dirigentes –muchos de los cuales siguen hoy en el gobierno– entregaron con ligereza la memoria, las banderas y los nombres propios de los desaparecidos. Recién en el año 2003, cuando entre radicales y peronistas ya les habían asegurado 22 años de impunidad a los represores, el peronismo rescató la conmemoración del 24 de Marzo para usarla en su beneficio.

El 24 de marzo es una fecha en disputa. O bien el 24 de marzo de 1976 fue una ruptura inesperada del régimen democrático, o bien fue la continuidad sin adornos del orden burgués; o bien fue el comienzo de un gobierno irracional a cargo de individuos monstruosos, o bien fue la metódica y planificada intensificación del sistema que nos explota. Para quienes militamos por el socialismo y no olvidamos los crímenes de la Triple A, no olvidamos las voladuras de locales, no olvidamos a las compañeras y compañeros acribillados en la calle –como el peronista Rodolfo Ortega Peña (asesinado en Carlos Pellegrini y Arenales)–, para quienes no olvidamos que (en un involuntario homenage a George Orwell) fue desde el Ministerio de Bienestar Social que salieron las órdenes, las armas, los vehículos y el personal para cometer esos asesinatos, para nosotras y nosotros, socialistas, la guerra contra la izquierda y sus luchadores fue declarada por Perón. Y el 24 de marzo no es más que la extensión y el recrudecimiento del plan que ya estaba en marcha. Por todo ello, además de reclamar: Juicio y castigo. Apertura de los archivos de la dictadura. No al ajuste y la represión. Contra la criminalización de la clase obrera. Investigación de las muertes, desapariciones y torturas a cargo del gobierno peronista 1973-1976 y de sus herederos actuales. Repudio a la miseria moral del peronismo, que usurpa luchas que no libró para defender a delincuentes. Reclamamos también el enjuiciamiento de los perpetradores de los crímenes previos al golpe.

El único antídoto contra el olvido de las compañeras y compañeros es combatir a quienes ellos combatieron. Por eso repudiamos que la conmemoración y el homenaje a quienes dieron la vida por poner el mundo en manos de la clase obrera, intente ser utilizado para conseguir la impunidad de burgueses –y burguesas– acusados de delitos comunes, asociados con el lucro personal y el dinero. Por eso marchamos con el Encuentro Memoria Verdad y Justicia.

Esta conmemoración no exalta derechos generales y abstractos. Esta marcha no es un ritual mecánico y nostálgico. La conmemoración y la marcha componen una herramienta para abonar el camino al socialismo. Renunciar a esta bandera significaría el triunfo de los represores, aún cuando ellos, en tanto individuos, terminen presos. Aplastar los sueños del socialismo, impedir la organización, la difusión masiva y la realización de un programa socialista en Argentina, fueron los objetivos del peronismo primero y de la dictadura después. Y más importante que el destino personal de quienes llevaron adelante esa tarea es el destino político que la burguesía les asignó: el borramiento de la perspectiva, de los protagonistas y hasta del recuerdo de la lucha por otro mundo.

Esta perspectiva histórica, la causa socialista, es la única dimensión en que las compañeras y compañeros, finalmente, serán reivindicados por sus acciones, sus historias y sus nombres.

Vida y Socialismo, 23 de marzo de 2023.

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