En Río Negro, la docencia está en lucha. Una consecuencia lógica de años abandono de la educación pública por parte del gobierno provincial y de la inacción y complicidad de la burocracia de la central sindical, encabezada por la Azul Arancibia, que viene cerrando, casi unilateralmente, paritarias a la baja. Luego de la pasividad de la representación gremial durante la pandemia, asistimos, actualmente, a un escenario marcado por el deterioro salarial y edilicio. Las crecientes sumas no remunerativas en el salario docente, a su vez, han desfinanciado la obra social IPROSS y han provocado que los docentes tengamos que pagar una moratoria para jubilarse con el 82% móvil, establecido por ley. Cansados de esta situación, los docentes protagonizamos un proceso de lucha que lleva meses y continúa, de manera paulatina, su ascenso. La creciente participación de las bases docentes este año inaugura una etapa de la docencia, que se inicia con la lucha.
Motivos para luchar
El proceso de lucha docente que tiene lugar por estos días en Río Negro, comenzó a gestarse en 2022. Son cuatro los puntos centrales de la lucha: En primer lugar, el deterioro en la infraestructura edilicia de las escuelas. Se trata de escuelas que están, en algunos casos, sin gas o sin agua, con vidrios rotos, invadidas por las ratas, con el mobiliario deteriorado, sin calefacción y sin recursos didácticos para trabajar en el aula, entre otras. Hablamos de edificios con una total desatención por parte del gobierno de Arabela Carreras, de Juntos Somos Río Negro. En segundo lugar, la desfinanciación de la obra social IPROSS. Como consecuencia de las crecientes sumas no remunerativas en los aumentos salariales de los últimos años, los docentes no tenemos cobertura de su obra social. No hay especialistas que atiendan por IPROSS. Por este motivo, a pesar de aportar todos los meses con nuestro salario a la caja de la obra social, la misma no tiene cobertura o, en el mejor de los casos, se debe pagar un coseguro que, en caso de un médico clínico, no baja de los 1.500 pesos. En tercer lugar, la deuda que el gobierno de Río Negro mantiene con la caja jubilatoria, por las sumas no remunerativas en el salario docente. La respuesta del gobierno ha sido la de descargar su propia deuda en los trabajadores de la educación. Por lo tanto, los docentes, al jubilarse, deben pagar una moratoria de dos años para poder alcanzar el 82% móvil. Por último, el aumento salarial docente que, en los últimos años, se viene pactando a la baja. En la actualidad, el cargo testigo de un maestro de grado en Río Negro es de $131.400., mientras que la Canasta Básica Total (CBT) es de $177.063. En este punto, dejamos de lado que la CBT patagónica es aún mayor. Así todo, los docentes, en la actualidad, estamos muy por debajo de la misma, ingresando en la franja considerada como «pobres».
El ascenso del sindicalismo combativo
En unos meses ha pasado de todo, desde la caída de la conducción Celeste de la seccional Bariloche hasta el plan de lucha que mantiene actualmente la UnTER, sostenido por el crecimiento de la participación de las bases docentes. En este proceso, tanto las conducciones gremiales de las distintas seccionales de la provincia (18 en total) como sus bases de apoyo se encuentran divididas. El detonante, la aceptación o no de un plan de lucha, ante los constantes rechazos paritarios, que fuerce al gobierno a mejorar la propuesta salarial e incluya el pliego de reivindicaciones mencionados anteriormente. Por un lado, se encuentra la conducción central, Azul Arancibia, que además de controlar la provincia, conduce algunas seccionales como Villa Regina, Catriel, San Antonio Oste, la capital provincial Viedma y su principal bastión, Gral. Roca, entre otras. La Celeste ha perdido terreno considerablemente. Hace más de diez años perdió la seccional Cipolletti, una de las tres más grandes de la provincia y actualmente viene de perder su bastión, Bariloche, a manos de la agrupación La fucsia. La Azul Arancibia, decidida a no aceptar ningún plan de lucha, con claras muestras de apoyo al gobierno, solo ha militado el rechazo a la paritaria. Su objetivo es darle oxígeno al gobierno para llegar sin conflictos a las elecciones provinciales del 16 de abril. La Celeste, por su parte, sin ningún peso significativo, vacila entre una posición y otra, al votar la aceptación del plan de lucha, pero sin poner ningún empeño para que triunfe. Ambos priorizan la gobernabilidad por sobre la defensa de los trabajadores.
Frente a la posición de la Azul Arancibia y de la Celeste, se encuentran las conducciones más combativas del resto de las seccionales. Entre ellas, Cipolletti, Allen, Río Colorado, Valle Medio, Villa Regina, El Bolsón y Bariloche. Todas ellas, vienen militando la no aceptación de la paritaria docente y la organización del plan de lucha, que le ponga frenos a la miseria por la que atraviesa la docencia en Río Negro. Las bases docentes de estas seccionales no están dispuestas a aceptar las migajas que ofrece el gobierno y se mantienen unidas y organizadas votando planes de lucha en los distintos congresos.
El resultado de esta disputa es la derrota que viene sufriendo, en particular en las últimas semanas, la conducción Central Azul Arancibia. No sólo se lograron las 2/3 partes de los votos necesarios por ley para aprobar un plan de lucha sino también se logró la no aceptación de la Conciliación Obligatoria dictada por el gobierno. Veamos. En los Congresos cada seccional lleva un número limitado de congresales de acuerdo con la cantidad de afiliados. Primero, se vota la aceptación o no de la paritaria. Si no se acepta, se pasa a votar el plan de lucha. El plan de lucha se acepta con la votación a favor de las 2/3 partes de los congresales. De esto se desprende que la ley fue creada por la burocracia para favorecer la paz social. El último congreso logró las 2/3 partes para votar el plan de lucha que incluye ocho días de paro distribuidos en tres semanas: 22, 23, 28, 29 y 30 de marzo y 4, 5 y 6 de abril. El 22, día que se aprueba el plan de lucha, el gobierno decreta la conciliación obligatoria. En el congreso del 27 de abril gana por mayoría la no aceptación de la Conciliación Obligatoria. En este proceso, las bases desbordan a la burocracia en sus propias seccionales. Pasa en Catriel como en Gral. Roca. Desolada y desorientada, la burocracia de la Azul Arancibia se aísla de las demandas docentes y pierde peso. Las bases docentes le imprimen fuerza a la lucha por mejorar las condiciones de vida de los trabajadores de la educación. Hay asambleas en las escuelas, jornadas de concientización de las problemáticas con las familias, ollas populares.
El caso de Bariloche resulta paradigmático porque es el reflejo del ascenso de la combatividad en el seno de la docencia en estos meses. La Fucsia no solo le arrebató la conducción de la seccional a la Celeste, también les está barriendo las bases, que ahora se identifican con la nueva conducción, por su discurso combativo y su constancia para mantener la moral alta de los compañeros. Solo para dar un ejemplo, con la conducción Celeste, las asambleas de la seccional no superaban las 30 personas. En la última asamblea con la Fucsia como conducción, el número ascendió a 190. Expresión del retorno de las bases a su canal de debate y discusión.
La respuesta del gobierno
El gobierno de Juntos Somos Río Negro se juega su continuidad el próximo 16 de abril. Su objetivo es llegar a esa fecha sin ningún tipo de conflictividad social. Sin embargo, quiere lograr este fin ofreciendo migajas en lugar de mejorar las condiciones generales de la educación en Río Negro. Ellos son los verdaderos responsables de que los docentes se encuentren en las calles en lugar de la escuela. Su propuesta, el 87,42% de aumento anual, escalonado, con sumas parciales todos los meses, hasta enero de 2024, sin incluir ni mencionar el resto de las reivindicaciones es una burla, que se explica claramente cuando observamos que, a la burguesía, no le interesa la educación de masas, porque muchos procesos de trabajo actuales no necesitan mano de obra especializada y los patrones no tienen ninguna fe en los resultados de su propia gestión al frente de la sociedad. Si a esto sumamos al 40% de desocupación que el capitalismo argentino no puede absorber, se entiende porque la educación no es prioridad para ellos. Por eso, lo único que tienen para ofrecernos es una educación barata, pauperizada y degradante Con saber leer y escribir alcanza. Las escuelas en la actualidad no son una prioridad, son, en su lugar, un reflejo del proceso de degradación social actual.
A su vez, el gobierno ha intentado, contando con la colaboración de la central sindical Azul Arancibia, deslegitimar la lucha responsabilizándonos a los docentes del conflicto y, sin éxito, quebrar la unidad de las bases. Para ello, usó todo tipo de artimañas: amenazas de los descuentos de los días de paro, el quite de la personería gremial a la UnTER, sanciones económicas; sumarios, entre otros; y amedrentamiento al imponer un botón para que, desde la página del Ministerio de Educación, los docentes que no adhirieron al paro den el presente, cuando, por ley, no es obligatorio informar la adhesión o no a un paro. Utilizó, además, mecanismos para confundir a los docentes a través del miedo dictando una falsa Conciliación Obligatoria, desde el Ministerio de Educación, cuando todavía no se había votado el plan de lucha en el congreso y sin seguir los canales legales para dicha acción.
Los docentes, sin embargo, fortalecidos por los logros obtenidos de la lucha, rechazamos, por los canales legales del gremio, la Conciliación Obligatoria y unificamos fuerzas en la marcha provincial realizada en Viedma el 29 de marzo, donde además, se exigió un plan de lucha al Secretario General de la CTA de los Trabajadores de Río Negro, Jorge Molina, al canto de «CTERA escucha, queremos plan de lucha».
Luche y que se escuche
Mientras la burguesía se llena la boca hablando de las mejoras de la educación, los docentes en Río Negro no estamos dispuestos a aceptar las migajas que tienen para darnos. Ni a que se siga deteriorando la educación en la provincia. Tampoco vamos a aceptar los atropellos ni los amedrentamientos. Este despertar de la conflictividad docente augura nuevos cambios que, tarde o temprano, saldrán a la luz.