El FITU nos asegura con su spot radial, en la voz de Bregman, que si se los vota, sus candidatos «no se van a vender, no se van a dar vuelta». En segundos, nos revelan dos problemas.
El más inmediato es que no saben quién los escucha. La izquierda argentina puede ser acusada –justa o injustamente– de muchas cosas, pero no necesita desmentir denuncias de corrupción, no se duda de su honestidad (sí se duda de la utilidad de esa honestidad, pero eso es otro tema).
El segundo problema –mucho más importante– es que a ese mensaje le falta honestidad, no es verdadero. Porque los candidatos burgueses no se venden ni se dan vuelta. Al comunicarle a la clase trabajadora que el problema es la falta de lealtad, la engañan. Porque lo que se necesita divulgar es que no hay traiciones sino lealtades estructurales, intereses de clases, que hay una sociedad clasista. Y que la solución de la izquierda socialista consiste en luchar por una sociedad sin clases, el socialismo. Las elecciones servirían si esto se pudiera comunicar bien, aunque los resultados en las urnas fueran magros. En cambio, al proponer optar por una sociedad con clases sociales pero con políticos honestos, la izquierda repite y refuerza la ideología burguesa de la honestidad y la decencia.
En las 282 palabras que contiene el volante de campaña, en CABA, del MST en el FITU, no aparece ni una vez la palabra «socialismo». Pero aparece 14 veces la palabra LEY y una vez la palabra «ricachones» (para que sea significada a gusto del lector). Y, en un esfuerzo encomiable, el nombre del MST sólo se menciona como sigla para que ni siquiera de refilón se hable de socialismo. El volante tiene como lema: «Jorge Macri y los fachos de Milei quieren copar la legislatura porteña. Necesitamos más bancas de izquierda». Algo que, en el mundo real, significa «Voten a Santoro, voten al peronismo».
Lo importante no es trasmitir la idea de que hay sustanciales diferencias entre las alternativas burguesas. Tampoco es importante si hay un par de diputados honestos en esa cueva de negociados y tramoyas que son las instituciones burguesas (ChocolateLandia e InsaurraldeWorld). Lo importante es saber cuántos trabajadores de vanguardia han transitado en la campaña electoral el camino hacia la desconfianza en el sistema capitalista, hacia la ruptura sin retorno con el régimen burgués, teniendo expectativas de soluciones dentro del régimen burgués, dentro del capitalismo.
Lo importante, para los socialistas, es luchar por el Socialismo.
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Vida y Socialismo