«Somos trabajadores y nos sentimos orgullosos, demandamos respeto y ser respetados por nuestra contribución. Compartan la riqueza porque no pueden existir sin nosotros.»
Fran Drescher, presidenta del Sindicato de Actores de Hollywood (SAG-AFTRA).
Los seres humanos tenemos gustos, ideas, caprichos y pasiones muy distintos. Pero, si somos trabajadores, hay dos cuestiones que compartimos, dos cuestiones que no podemos eludir, dos asuntos que nos unen.
Una de ellas es que necesitamos obtener ingresos para vivir: no tenemos una fuente de renta que escupa dinero en nuestra cuenta bancaria. Si tenemos trabajo, nos preocupa no perderlo. Y si no lo tenemos, entonces nos vemos obligados a buscar uno. O a buscar la manera de conseguir ingresos para que podamos vivir (ayuda estatal, changas, etcétera).
La otra cuestión que nos une es evitar que se diluya la capacidad de compra, el poder adquisitivo, de nuestros ingresos. O, lo mismo pero al revés, que para obtener esos mismos ingresos no nos obliguen a esfuerzos cada vez más arduos. A mayor cantidad de horas de trabajo, mayor cansancio y más enfermedades.
Defender la fuente de trabajo y defender el valor del salario son los dos grandes problemas que unen a toda la clase obrera ocupada del planeta. Dos problemas que tienen su expresión correlativa para la clase obrera subocupada o desocupada: mantener las fuentes de ingresos y no dejar que se devalúe su monto real.
Estos son los dos motivos que llevaron a 160 mil trabajadores de EE.UU. a la huelga. Son los actores y actrices de las películas de Hollywood. Les preocupan dos cuestiones. Las mismas que le preocupan a la enfermera de la salita del conurbano, a la maestra que hace doble turno corriendo de un colegio a otro, al obrero de la construcción al que le aumentan el ritmo de trabajo, al empleado que ve cómo un nuevo proceso informático realiza su trabajo en la mitad de tiempo y amenaza la cantidad de compañeros que van a permanecer en la empresa…
Las empresas del espectáculo audiovisual, con Disney a la cabeza, no han atendido la demanda del sindicato y esta semana estalló la huelga. Los dos reclamos principales se pueden resumir en: (a) aumento del salario que compense la pérdida de poder adquisitivo por la inflación; (b) reconocimiento de la parte que corresponde por los nuevos ingresos que generan las reproducciones en plataformas; y (c) limitación del uso de sus actuaciones para ser reproducidas con variaciones mediante inteligencia artificial (IA).
El sindicato de actores de Hollywood aprobó una huelga el jueves por primera vez en 43 años, lo que detuvo el negocio estadounidense del cine y la televisión de 134 mil millones de dólares, debido a la ira por los salarios y los temores de un futuro dominado por la tecnología. Los líderes de SAG-AFTRA, el sindicato que representa a 160 mil actores de cine y televisión, anunciaron la huelga después de que colapsaron las negociaciones con los estudios sobre un nuevo contrato, con los servicios de transmisión y la inteligencia artificial en el centro del enfrentamiento. El viernes, los actores se unirán a los guionistas, que abandonaron el trabajo en mayo, con piquetes en Nueva York, Los Ángeles y docenas de otras ciudades estadounidenses donde se realizan programas y películas con guion. Actores y guionistas no habían estado en huelga al mismo tiempo desde 1960, cuando Marilyn Monroe todavía protagonizaba películas y Ronald Reagan era el líder del sindicato de actores. Dos huelgas enfrentan a más de 170.000 trabajadores contra estudios tradicionales como Disney, Universal, Sony y Paramount, así como gigantes tecnológicos como Netflix, Amazon y Apple. […] Agitando sus puños con ira, la Sra. Drescher señaló que «el modelo de negocios ha cambiado por completo» con la transmisión y que la inteligencia artificial pronto lo cambiaría más. «Este es un momento histórico, el momento de la verdad», dijo. «En algún momento, tienes que decir, “No, no vamos a soportar esto más'”». Muchas de las demandas de los actores reflejan las de los escritores, que pertenecen al Writers Guild of America. Ambos sindicatos dicen que están tratando de garantizar salarios dignos para los miembros que trabajan todos los días, en particular los que hacen películas o programas de televisión para los servicios de transmisión. Los guionistas temen que los estudios utilicen IA para generar guiones. A los actores les preocupa que la tecnología se pueda usar para crear réplicas digitales de sus semejanzas (o que las actuaciones se puedan alterar digitalmente) sin pago ni aprobación.i
Allá, los trabajadores de EEUU luchan por lo mismo que luchamos acá. Aunque algunos de sus rostros son conocidos (por ejemplo, el de su dirigente más visible Fran Drescher, la protagonista de la serie La Niñera de la década del 90), no lo es la inmensa mayoría de los 160 mil miembros del sindicato. Y aunque el recorte de los ingresos y las plantillas laborales sean moneda común de todos los días, las huelgas no lo son. No es fácil hacerlas, implican riesgos y estallan cuando no queda otro camino. Esta huelga es una excelente ocasión para comprender la amplitud y la hegemonía de la clase trabajadora en la sociedad moderna. Podemos ver en ella que todo, desde lo más insignificante pero necesario, hasta las elaboraciones simbólicas más complejas, son producidas por nosotras y nosotros, la clase obrera. Comprender que nuestros problemas son los mismos nos permiten ver nuestra pertenencia a una clase social común, detrás de la variedad de formas de producir riquezas, de vivir nuestras vidas y de habitar lejanos territorios. Es una estupenda ocasión para entender que producimos TODO, aunque nuestras experiencias sean distintas: somos la clase social que produce todo lo que hay en esta sociedad.
Así, de la misma manera en que hay malestar en la clase obrera que habita la Argentina, también hay malestar en la clase obrera que habita los EE.UU. Basta con leer algunos titulares:
«Los médicos residentes ponen fin a la huelga en el hospital de Elmhurst Los médicos abandonaron el trabajo a principios de esta semana, en la primera huelga de médicos de hospitales de la ciudad de Nueva York en más de 30 años. Su sindicato llegó a un acuerdo con Mount Sinai, que los emplea, el miércoles.»ii
«Más de 1.400 trabajadores del fabricante de vagones National Steel Car (NSC) de Hamilton, Ontario, iniciaron una huelga a las 12:01 a. m. del jueves después de votar para rechazar la provocativa “mejor y última oferta” de la compañía. Con una participación del 80%, el 52 por ciento de los trabajadores votaron “No”. Al hacerlo, desafiaron no solo a la dirección de la empresa sino también a la burocracia del Sindicato Unido de Trabajadores del Acero (USW), que ha hecho todo lo posible para bloquear una huelga y dividir y desmoralizar a las bases. La huelga es una posición valiente de los trabajadores de NSC, que se enfrentan a uno de los empleadores industriales más despiadados del país. Tres trabajadores han muerto en el trabajo en las instalaciones de NSC en muchos años, y las lesiones son frecuentes debido a la aceleración, el equipo deficiente y las terribles condiciones de trabajo.»iii
«En los gigantescos puertos de Los Ángeles y Long Beach, las operaciones se vieron interrumpidas durante semanas hasta que los trabajadores portuarios de la costa oeste llegaron a un contrato tentativo a mediados de junio. En toda la ciudad, las escuelas cerraron durante tres días esta primavera cuando los conductores de autobuses, los trabajadores de la cafetería y los maestros se retiraron. El domingo, miles de trabajadores de hoteles en Los Ángeles se declararon en huelga exigiendo salarios más altos y mejores beneficios, justo cuando hordas de turistas llegaban a la región para el feriado del 4 de julio. Y más de 160.000 actores están a punto de cerrar las producciones de Hollywood si no pueden llegar a un nuevo contrato a finales de este mes. Los sindicatos han sido asediados a nivel nacional, pero en California están teniendo un momento. Lo llamamos el ‘”verano laboral caluroso'”, dijo Lorena González, directora ejecutiva de la Federación Laboral de California, que representa a más de 2,1 millones de miembros sindicales en todo el estado. “Tenemos chispas y fuegos por todas partes, y no vamos a dejar que se apaguen en California. Estamos avivando las llamas”». iv
Pero los patrones, y su Estado, contraatacan, tanto en Los Ángeles como aquí, en Jujuy:
La Corte Suprema dictaminó el jueves que la ley laboral federal no protege a un sindicato de la posible responsabilidad por los daños que surgieron durante una huelga. […] En el corto plazo, los sindicatos que están contemplando huelgas o que ya están en huelga, como los sindicatos que representan a los escritores de Hollywood, o los empleados de United Parcel Service cuyo contrato vence este verano, pueden tener que tomar mayores precauciones para protegerse de la responsabilidad legal.v
Esta no es sólo una gran oportunidad para tomar conciencia de la amplitud y unidad de la clase trabajadora, de la similitud de las respuestas patronales y estatales, sino también una gran oportunidad para ser consecuentes con nosotros mismos y desembarazarnos del nacionalismo. De los EE.UU. es justo reconocer que vale la pena escuchar su música, ver sus películas o sus encuentros deportivos. No porque todo lo que hagan sea maravilloso: un país es un territorio culturalmente irregular y en todos se producen porquerías. Pero es difícil restarle méritos a Louis Armstrong, a El Padrino o a Magic Johnson. De la misma manera que es muy difícil no sentir admiración por la clase trabajadora que habita EE.UU. cuando enfrenta a la más poderosa, brutal y porfiada burguesía del mundo. Admiramos y reivindicamos su pasado: los Mártires de Chicago, la Huelga de Pan y Rosas, Sacco y Vanzetti, las obreras de la fábrica Cotton de Nueva York, por señalar a sus luchadores más recordados, los que han llegado al cine o nos han legado una fecha de conmemoración universal. También es necesario conocer y respetar su presente. Porque esperamos mucho del futuro.
Por eso nos importan estas huelgas. Muchos de nosotros, a menudo veces vemos series o películas con historias inventadas por estos guionistas y actuadas por estos actores y actrices. A veces nos gustan y a veces no tanto. A veces quedamos satisfechos con los finales y a veces nos parece que hubiera debido a terminar distinto. Las obreras y obreros de las plataformas de entretenimiento y de los estudios cinematográficos están en lucha. Es la mejor película que pueden producir. Ayudemos a que el final también sea el mejor posible: el triunfo de la clase obrera.
NOTAS:
i https://www.nytimes.com/live/2023/07/13/business/actors-strike-sag?campaign_id=190&emc=edit_ufn_20230713&instance_id=97460&nl=from-the-times®i_id=100241677&segment_id=139247&te=1&user_id=cf465d90926f8f310ab165c627895975
ii https://www.nytimes.com/2023/05/24/nyregion/doctors-strike-elmhurst-hospital.html?searchResultPosition=41
iii https://www.wsws.org/en/articles/2023/06/29/rynh-j29.html
iv https://www.nytimes.com/2023/07/01/us/workers-labor-unions-los-angeles-california.html?searchResultPosition=28
v https://www.nytimes.com/2023/06/01/business/economy/supreme-court-strikes-teamsters.html?searchResultPosition=36