Sencillito #75: SCIOLI DA CÁTEDRA (Peronista, libertario y docente)

Otra vez, y otra vez, y otra vez. El peronismo garantizó que sucediera lo que la burguesía esperaba, nuevamente. Con votos de senadores llevados al Congreso con los votos de las bases peronistas, finalmente Milei logró hacer pasar su proyecto por la cámara alta. La cerrada votación, que requirió por segunda vez el voto de desempate de quien preside la cámara, no hubiera sido favorable al gobierno sin los dos indispensables votos que le aportaron senadores arribados a la cámara gracias a votos peronistas. Inmediatamente el ex-vicepresidente peronista, ex-gobernador peronista de Buenos Aires (dos mandatos) y candidato a presidente peronista en 2015, Daniel Scioli, expresó su alegría:

Me alegra que sean cada vez más los que la ven y yo haber sido un adelantado porque confié en que esta primera etapa de cambios estructurales iba a generar las condiciones para ahora entrar en una etapa de incentivos a la inversión. Fue una gran semana para el país, la inflación en 4,2, la Ley Bases en el Senado, la renovación del swap con China, el camino que marcó hacia el futuro el ministro Caputo. Veo a un presidente muy pragmático, pensando siempre en qué es lo mejor para el país.1

Y como siempre, luego de los hechos políticos, luego de que el partido del orden burgués garantizara ese orden, viene el teatro, el burdo teatro: el pedido de expulsión. Un pedido que niega la historia, la razón de ser del peronismo. Si ha habido expulsiones y represiones internas, nunca han sido para sus expresiones conservadoras o de extrema derecha. Es verdad que el peronismo con Perón al frente ha encarcelado a dirigentes obreros con aires de independencia, como Cipriano Reyes. O, por ejemplo, que en 1974, cuando afinaba su Reforma al Código Penal, su ley antiterrorista, Perón les planteó a quienes se oponían:

Nadie está obligado a permanecer en una fracción política. El que no está contento, se va. Quien esté en otra tendencia diferente de la peronista lo que debe hacer es irse. En ese aspecto hemos sido muy tolerantes con todo el mundo. Lo que no es lícito, diría, es estar defendiendo otras causas y usar la camiseta peronista.2

Masacrados en las calles por la Triple A y expulsados del peronismo luego de su renuncia y de la sanción de la ley, son otro ejemplo de que el peronismo sí expulsa afiliados, pero nunca por su coherencia a favor del capital.

Entonces, tras votar y garantizarle gobernabilidad a Milei, alguien debe simular que eso que efectivamente es el peronismo –el garante del orden burgués– no lo es. La senadora Juliana Di Tullio (quien nada dijo3 sobre los violadores4 en su partido), en su cuenta de X (antes Twitter) reclamó:

No nos vencieron ni nos vencerán. Sentimos orgullo de ser peronistas. Hoy, 16 de junio, día en que intentaron matar a Perón con un bombardeo a Plaza de Mayo, exijo la expulsión de Scioli, Kueider y Espínola del partido justicialista en memoria de las 300 víctimas de ayer y de hoy.5

Quizás motivado por la mención al bombardeo de la Plaza de Mayo en junio de 1955, uno de los señalados, Daniel Scioli, se decidió a darle una clase de historia peronista a la tuitera antes de que pase vergüenza en alguna reunión del Consejo Superior Justicialista, pidiendo tonterías que el peronismo jamás ha contemplado:

En estos días con un poco más de tiempo libre es bueno reflexionar y estudiar para aprender de la experiencia. El peronismo es un pensamiento estratégico, no ideológico.6

Debe interpretarse que la palabra «estratégico» aquí se entiende por conservador del orden capitalista, e «ideológico» quiere significar fuerza política que tiene un proyecto diferente de país. El peronismo es estratégico, reordena lo que hay para lograr un fin: que todo siga funcionando dentro de la actual estructura capitalista. No es «ideológico», no se orienta a plasmar una idea distinta de país, de sociedad, aún no vigente pero necesaria. El actual ministro del gobierno libertario continúa:

No hay que enamorarse de los fracasos. Lo dice clarito en Conducción Política. […] Así nació la Unión Democrática, la casta de ese entonces. Ellos se quedaron con los aparatos y Perón con la gente. Perón siempre la vio.

Duramente, Scioli le recuerda a Di Tullio que acaban de gobernar y hundir al pueblo en la miseria antes de que Milei lo hundiera todavía más. Y le señala que son la casta, los repudiados del 45.

El primer gobierno peronista impulsó el protagonismo del Estado y aumentó los ingresos de los trabajadores, pero cuando vio que la inflación se convirtió en un problema y llegó al 40% anual, la política económica cambió y bajó el gasto público real, estableció el principio de productividad para aumentar salarios y estimuló las exportaciones. Así, en dos años, la inflación bajó al 4% y la economía recuperó fortaleza. Perón la volvió a ver. Y la veía bien clarito.

Scioli conoce los aspectos menos publicitados del peronismo del 45-55 e intenta educar a la ilustrada Di Tullio: el Congreso de la Productividad del año 52, los esfuerzos de Perón por aumentar el rendimiento de los trabajadores y limitar los salarios, su preocupación por el equilibrio fiscal. Y además se da el lujo de comparar a Perón con Milei, dos que la vieron:

Interpretando los nuevos tiempos Perón advirtió que Argentina necesitaba capitales: la volvió a ver y buscó impulsar las inversiones extranjeras en petróleo y la industria automotriz. […] Hay que ser prácticos, no dogmáticos.

No satisfecho con citar al Perón que maximizaba la explotación y la productividad, le menciona al Perón abierto a las inversiones yanquis. Vale la pena recordar aquel episodio en el que Perón…

cerró un acuerdo con la Compañía California Argentina de Petróleo, subsidiaria de la Standard Oil de California, en cuyo directorio figuraba Spruille Braden. El contrato fue firmado el 25 de abril de 1955, con enormes ventajas para la compañía norteamericana.

Se establecía una inversión privada de 13.500.000 dólares en cuatro años para explorar y explotar un área aproximada a los 50.000 km² en la provincia de Santa Cruz. La concesión se otorgaba por cuarenta años y la empresa se comprometía a producir 200 barriles diarios, entregarle al Estado el 50% de sus utilidades y venderle a YPF la producción al precio de Texas. Por su parte, el gobierno otorgaba exenciones impositivas, el derecho de importar libremente todos los bienes que considerara necesarios, e YPF se comprometía a realizar las costosas tareas de exploración y aportar la información disponible.

El contrato fue enviado al Parlamento, pese a la oposición de algunos diputados oficialistas.7

Por supuesto, algún peronista se expresó en contra, en este caso John W. Cooke. Qiuen permaneció dentro del partido pero logró que «quedaran críticas muy serias»:

Combatí el proyecto petrolero. Han quedado en el aire críticas muy serias. Por ejemplo, los excesivos privilegios que se reserva la compañía extranjera en su proyecto, la falta de obligaciones concretas y compensatorias por la concesión buscada, el lamentable sistema de arbitraje, las prórrogas interminables del contrato.

Volvamos a la cátedra de Daniel Scioli, quien recurre nuevamente a Perón para defender el feroz ajuste fiscal:

Quien gasta más de lo que gana es un insensato. Y el que gasta lo que gana olvida su futuro; y el que produce y gana más de lo que consume es un prudente que asegura su porvenir.

Porque, como decía Perón en 1947, «La realidad nos prueba que un excedente considerable del salario del trabajador en relación con sus gastos le permite el ausentismo o la disminución del ritmo de la producción»8. ¡Manga de vagos! Por eso el llamado de Scioli a cerrar la grieta y apoyar a Milei, también en las palabras y los hechos del propio Perón:

Al final de su vida también la vio y dejó un mensaje claro y contundente: «Esto lo arreglamos entre todos, o no lo arregla nadie». Y yo quiero sumar para que la Argentina se arregle de una vez y para siempre.

El conocimiento histórico y práctico del peronismo le permite a Scioli rubricar su lección de historia justicialista con una chicana, al firmar el comunicado como: «Daniel Scioli, peronista y libertario». Aunque podría haber firmado: «Daniel, el que tantas veces votaste y llamaste a votar, el vice de Néstor». Finalmente concluye, filoso:

A los que se creen dueños del peronismo o del peronómetro, hay que invitarlos a leer la historia y leer a Perón.

El peronismo no sólo nos trajo a este nivel de miseria que propició la llegada de Milei. También garantiza su gobierno. No sólo por la capa de burócratas sindicales peronistas que generan desconfianza en la lucha y las organizaciones sociales y gremiales, sino también aportando siempre el mínimo necesario para que la institucionalidad burguesa avance sobre los trabajadores. Mientras tanto, el resto de los funcionarios peronistas teatraliza enojo y oposición.

Nadie pudo gobernar este país en los últimos 70 años sin la colaboración peronista. Esa colaboración siempre está: en la dosis precisa, en la cantidad justa, en la medida exacta que permite hundirnos, cada vez más, en la barbarie capitalista.

NOTAS:

1 «Scioli dijo que fue “un adelantado” cuando apostó por Milei: “Me alegra que sean cada vez más los que la ven”», nota publicada en La Nación el 15 de junio de 2024. El tuit completo puede leerse aquí.

2 Aldo Duzdevich, «La reunión de Perón con diputados Montoneros: en 1974, aceptó recibirlos a pesar de sus críticas y del crimen de Rucci», nota publicada en Infobae el 31 de enero de 2021.

3 «El peronismo hizo silencio sobre Alperovich, pero tuvo que soltarle la mano en el Senado que controlaba Cristina», nota publicada en La Nación el 18 de junio de 2024.

4 «LA VIOLACIÓN: peronismo, patriarcado y capitalismo», nota publicada el 15 de junio de 2024.

5 «Juliana Di Tullio pidió la expulsión del PJ de Daniel Scioli y dos senadores que acompañaron la Ley Bases: “Partieron a las filas de Milei”», nota publicada en Perfil el 16 de junio de 2024.

6 «Daniel Scioli le respondió a quienes quieren echarlo del PJ: “Soy peronista y libertario”», nota publicada en Microsoft Start el 18 de junio de 2024.

7«Cooke sobre los contratos petroleros del gobierno de Perón», nota publicada en El Historiador.

8Leandro Sowter, «La experiencia del Congreso de la Productividad y la política de la cooperación económica durante el peronismo», nota publicada en Scientific Electronic Library Online (SCIELO), en diciembre de 2016.

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