Muchas de las tramas y diálogos esas series y películas que disfrutamos o aborrecemos, esas series que nos atrapan durante varias temporadas, esas películas que hasta nos empujan al cine, en fin, esas producciones audiovisuales que a veces recomendamos con fervor religioso y a veces deploramos con idéntica pasión, han sido creadas por escritores y guionistas de Hollywood, la «Meca del Cine», la «Fábrica de Sueños»… Pero el estreno de nuevas temporadas de series muy exitosas y la llegada a los cines de películas muy esperadas se están posponiendo porque desde hace casi dos meses…
…aproximadamente 9000 escritores activos en el Sindicato de Escritores de América (WGA) han estado en huelga contra la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), que representa a las principales compañías de entretenimiento multimillonarias, como Disney, Fox, Amazon, Netflix y Sony. Lo que está en juego en la huelga, objetivamente, no son solo los salarios, los residuos y mejores condiciones de trabajo […] Las grandes empresas buscan eliminar a la mayoría de los trabajadores de tiempo completo de la industria, transformando la profesión en medio tiempo o «gig work». No ha habido conversaciones entre la AMPTP y la WGA desde que comenzó la huelga. Los empresarios están tratando de organizar acuerdos con los otros sindicatos cuyos contratos están por expirar, aislando así a los escritores y obligándolos a rendirse. [Ver fuente]
Desde 1861, la Academia de Música de Brooklyn presenta, cada año, un exquisito repertorio. Es una de las organizaciones culturales más importantes de Nueva York y este año despidió al 13% de su personal (26 puestos). Antes de la pandemia contaba con 256 integrantes, que pasaron por sucesivos recortes a 222, luego a 200 y no se sabe hasta dónde llegarán:
A principios de este mes, el Center Theatre Group, un buque insignia del mundo del teatro de Los Ángeles, despidió al 10 por ciento de su fuerza laboral y detuvo las producciones en uno de sus tres escenarios, el Mark Taper Forum. [Ver fuente]
En Jujuy, la rebelión contra la Reforma coexiste con un profundo malestar y reclamo salarial de muchos gremios. En las últimas semanas hubo paros y movilizaciones de docentes y trabajadores de salud, de Cedems, Adep, Atsa, Sadop, Ate, Adiunju y otros. Contra la Reforma, pero también por salarios y condiciones de trabajo. La foto principal que ilustra esta nota es del corte de ruta en La Quiaca, que agrupa comunidades de Yavi, Santa Catalina y Rinconada, en la que integrantes de distintas organizaciones se crucificaron en signo protesta por la Reforma. Hemos participado y apoyado esa lucha en la misma medida que la hemos difundido y tratado de esclarecer su sentido frente a las versiones de la prensa burguesa. Fundamentalmente, la versión según la cual ya terminó todo.

Marcha de escritores y guionistas en Los Ángeles.
Pero tenemos que explicarnos, esclarecer para nosotras y nosotros, qué tiene que ver esto que acabamos de contar y mostrar sobre Jujuy en Argentina, con los escritores y los músicos de los dos episodios iniciales. Episodios sucedidos a miles y miles de kilómetros, en dos de las ciudades más ricas, desarrolladas, cosmopolitas y cultas el planeta. Y aunque, en apariencia, la miseria de los trabajadores y trabajadoras argentinos, y la degradación y el dislocamiento de nuestra sociedad, no parezcan tener nada en común con la glamorosa Nueva York y la babilónica Los Ángeles, rápidamente podemos ver lo que nos une, si disipamos las brumosas diferencias que parecen separarnos.
Una de ellas es que la cultura y, fundamentalmente, el entretenimiento (que es una forma de la cultura) es un aspecto suntuario, insignificante y puramente funcional a la ideología dominante. Sin embargo, lejos de ser así, los productos para el entretenimiento son parte de la reproducción necesaria de la vida humana. Así lo demostró el largo período de ausencia de espectáculos y encuentros, musicales, teatrales o deportivos, al que nos obligó la pandemia: distintos modos de sufrimiento, malestar y enfermedad que produjo el aislamiento.
En segundo lugar, porque pareciera que quienes gozan de una capacidad adquisitiva más alta se encuentran categóricamente separados de quienes disponemos de miserables ingresos. Sin embargo, ellos hacen huelga y nosotros hacemos huelga; ellos marchan y nosotros también; están amenazados por la desocupación que produce la incesante reestructuración capitalista en el afán de obtener ganancias, y nosotros nos vemos afectados por lo mismo; se defienden de la precarización del trabajo y aquí debemos hacer lo mismo. Ellos y nosotros estamos amenazados por la desocupación. Padecen la brutalidad policial que padecemos.
No se trata de cuál es el nivel de vida de cada fracción de la clase obrera, sino de que no podemos –ni nosotras y nosotros ni nuestras compañeras y compañeros del norte– vivir sin trabajar, seguir viviendo si perdemos el trabajo. Se trata de que ya no podemos seguir viviendo tal como lo veníamos haciendo. No se puede, ni allí ni acá, vivir como se vivía. (Tratamos esto extensamente acá).
Los trabajadores de la cultura, aun en los lugares más encumbrados y sofisticados del mundo, se encuentran tan amenazados por la desocupación que les propone el capitalismo como cualquiera de los millones que día a día sufren la desocupación o caen en la precarización y el trabajo en negro. Amenazados porque eso mismo que hacen (al igual que sucede con cualquier otro producto que circule en el mercado) es algo que el capitalismo puede reproducir de manera más barata y masiva. Lo que hacen los trabajadores de la cultura es cada vez es menos necesario en esta sociedad. Una sociedad embrutecida, en la que la inmensa mayoría de nosotras y nosotros vemos cómo nuestras destrezas se van depositando en las máquinas, como nuestra inteligencia ya no es necesaria.

Extracto del Newsletter de Argentinos x la Educación.
En Argentina lo sabemos porque en las Pruebas Aprender 2022 se verificó un retroceso, con respecto al 2019, de 11 puntos porcentuales en Matemática y 4 puntos en Lengua, llevando el porcentaje de los que se encuentran en los niveles más bajos (básico y por debajo del básico) a 82,4% y 43% respectivamente. La capacidad adquirida por los estudiantes ha decrecido en porcentajes espantosos y nadie puede imaginarse que se produzca una cultura elevada para una población progresivamente embrutecida. Pero esto tampoco es particular de este país, según publicó el New York Time apenas diez días atrás:
El desempeño en matemáticas y lectura de los niños de 13 años en los EEUU alcanzó el nivel más bajo en décadas, según los puntajes de las pruebas publicadas hoy por la Evaluación Nacional del Progreso Educativo.
Trabajadoras y trabajadores de los dos hemisferios nos encontramos unidos por la devastación capitalista. Lo pronosticó Dicsepolín hace casi un siglo, en Cambalache: «Allá, en el horno, se vamo´ a encontrar». Bueno, hoy estamos en el horno.
Porque una sociedad así no necesita una gran masa de trabajadores inteligentes. Por lo tanto, tampoco necesita docentes para educarnos. Mucho menos necesita artistas e intelectuales que produzcan cosas complejas y maravillosas, como una puesta de Shakespeare o el Réquiem de Mozart. Una sociedad así amenaza por igual al trabajador más precarizado de un pequeño pueblito de la Puna y al fagotista de la orquesta de Nueva York.
Lo que nos amenaza y las formas que tenemos de enfrentar esas amenazas señalan que no estamos lejos ni somos tan diferentes. Señalan que lo crucial, lo que debe importarnos y guiarnos en la acción política, no es la distancia geográfica, el idioma, la religión, el color de piel ni la tarea que hacemos. Ni siquiera el nivel de ingresos. Sino el simple, pero decisivo, hecho de no poder vivir sin trabajar. El hecho simple y decisivo de que sólo podemos seguir viviendo mientras sea rentable para los burgueses. El hecho simple y decisivo de tener que luchar y marchar para enfrentar la lógica del beneficio capitalista.
Tanto el problema como las respuestas nos señalan una solución: terminar con una sociedad así, terminar con el capitalismo. Nos señalan la necesidad del socialismo.